Yusuf Estes, ex capellán cristiano de una prisión federal (parte 1 de 5)

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Descripción: Yusuf Estes, hoy en día divulgador activo del Islam, relata con humor su historia sobre su conversión al Islam. Parte 1: Orígenes.

  • Por Yusuf Estes
  • Publicado 12 Oct 2009
  • Última modificación 12 Oct 2009
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Muchas personas me preguntan cómo un pastor o sacerdote perteneciente al cristianismo puede convertirse al Islam; especialmente considerando todos los comentarios negativos que escuchamos a diario acerca de los musulmanes y el Islam. Algunas personas son simplemente curiosas, mientras que otras cuestionan profundamente mi “conversión” al Islam.  Algunos me han preguntado cómo pude darle la espalda a Jesús, que si de verdad comprendía al Espíritu Santo, y algunos inclusive cuestionaron si me consideraba “nacido de nuevo”, si es que siquiera había sido salvado. Todas estas son preguntas interesantes a las cuales ofreceré respuestas al final de éste escrito. Quisiera agradecer a todos por su interés y, Dios mediante, brindarles mi humilde experiencia.

Un caballero muy amable me preguntó a través de un correo electrónico cómo y porqué dejé el cristianismo por el Islam. Ésta es más o menos una copia de la carta que le envié.

Introducción

En el presente mi nombre es Yusuf Estes, sin embargo, en años pasados mis amigos solían llamarme Skip. He predicado el cristianismo y trabajado en la industria musical y del espectáculo desde que era niño, en la década de los cincuenta. Mi padre y yo establecimos tiendas de música, programas de radio y televisión y produjimos espectáculos al aire libre por gusto (y rédito). Fui ministro de música e incluso usaba un pony para entretener a los niños personificando a “Skippy el Payaso”.

Me he desempeñado como Delegado en la Conferencia de Paz de las Naciones Unidas para Líderes Religiosos. Actualmente soy un capellán musulmán jubilado de la Oficina de Prisiones de los Estados Unidos, Washington DC., y me reúno con muchos musulmanes estadounidenses, trabajando con estudiantes y organizaciones juveniles musulmanas, así como escuelas para niños musulmanes. Como tal viajo por todo el mundo dictando conferencias y predicando el mensaje del Cristo del Corán en el Islam. Entablamos diálogos y grupos de debate con todos los credos y disfrutamos de la oportunidad de trabajar junto a rabinos, ministros, predicadores y sacerdotes en todo el planeta. Parte de nuestro trabajo se lleva a cabo en el área institucional, militares, universidades y cárceles. Nuestro principal objetivo es educar y comunicar correctamente el mensaje del Islam y aclarar quiénes realmente son los musulmanes. A pesar de que el Islam ha crecido de un modo que prácticamente se equipara al Cristianismo en números como la más grande de las religiones en la Tierra, muchos de los que se dicen a sí mismo musulmanes no comprenden ni representan apropiadamente el mensaje de “paz, entrega y obediencia a Dios” [árabe = ‘Islam’].

Discúlpenme, temo haberme adelantado demasiado. Trataba de  explicar parte de los antecedentes de nuestro trabajo, de modo que quizás pudiera ser provechoso para aquellos que estén pasando por lo mismo que experimenté mientras pretendía resolver algunos asuntos relacionados al cristianismo.

Cómo sucedió

Esto podrá parecer muy extraño, aunque compartamos algunas perspectivas y conceptos distintos acerca de Dios, Jesús, profecías, el pecado y la salvación. Verá usted, hubo un tiempo en el que fui un pasajero a bordo del mismo barco en que se encuentran muchas personas hoy en día. Realmente, lo fui.  Déjeme explicar.

Nacido como un cristiano fuerte

Nací en una familia de orígenes fuertemente cristianos en el medio oeste de los Estados Unidos. Nuestra familia y antepasados no sólo construyeron las iglesias y escuelas a través de esta región, sino que además fueron los primeros en llegar a poblar estos sitios. Mientras aún cursaba la escuela primaria nos trasladamos a Houston, Texas, en 1949 (sí, estoy viejo). Asistimos a la iglesia regularmente y fui bautizado en Pasadena, Texas, a los 12 años de edad. En la adolescencia mi interés era visitar otras iglesias para aprender más sobre sus enseñanzas y sus creencias. Los bautistas, metodistas, episcopales, sectas religiosas, nazarenos, La Iglesia de Cristo, La Iglesia de Dios, La Iglesia de Dios en Cristo, la evangélica, la católica, la presbiteriana y muchas otras. Desarrollé gran interés respecto al evangelio o, como también le decimos, “Las Buenas Nuevas”. Mi investigación religiosa no cesó en absoluto con el cristianismo. La metafísica, el hinduismo, el judaísmo, el budismo y las creencias estadounidenses nativas formaron parte de mis estudios. La única a la que prácticamente no investigué seriamente fue “el Islam”. ¿Por qué?... Buena pregunta.

Ministro de música

Debido a que toda mi familia era religiosa y musical era de esperarse que también seguiría mis estudios en ambas áreas. En fin, me interesé en diversas clases de música, especialmente la clásica y la “Gospel”. Lógicamente, ello dispuso que me asignaran la posición de Ministro de Música en muchas de las iglesias a las que estuve afiliado con el paso de los años. En 1960 comencé mi docencia enseñando instrumentos de teclado, y antes de 1963 ya poseía mis propios estudios llamados “Estes Music Studios”, en Laurel, Maryland.

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Yusuf Estes, ex capellán cristiano de una prisión federal (parte 2 de 5)

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Descripción: Yusuf Estes, hoy en día divulgador activo del Islam, relata con humor la historia sobre su conversión al Islam. Parte 2: Proyecto comercial con un egipcio.

  • Por Yusuf Estes
  • Publicado 19 Oct 2009
  • Última modificación 19 Oct 2009
  • Impreso: 364
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Proyectos comerciales en Texas, Oklahoma y Florida

Durante los siguientes 30 años mi padre y yo trabajamos conjuntamente en diversos proyectos comerciales. Tuvimos programas de entretenimiento, espectáculos y atracciones. Abrimos tiendas de pianos y órganos en Texas y Oklahoma hasta Florida. Generamos millones de dólares durante esos años, pero no hallábamos la paz interior que sólo se encuentra por medio de la verdad y la auténtica visualización de la salvación. Seguramente te habrás preguntado: “¿Por qué Dios me creó?”, o “¿qué pretende Dios de mí?”; más exactamente, “¿quién es Dios?”, “¿por qué creemos en el ‘pecado original’?” y “¿por qué los hijos de Adán fueron forzados a aceptar sus ‘pecados’ y por consiguiente ser castigados para siempre?” Si le preguntaras a alguien acerca de esto seguramente te responderían que deberías creer sin preguntar, probablemente te dirían que es un “misterio”: “Tan sólo ten fe, hermano”.

El concepto de la Trinidad

Aunque resulte extraordinario, la palabra Trinidad no se encuentra en la Biblia. Su inexistencia es motivo de inquietud para los eruditos religiosos desde 200 años luego de que Jesús fuera elevado hacia Dios Todopoderoso. Le pedí a predicadores y ministros que me dieran alguna idea, cualquiera fuere su especie, de cómo “uno” podría convertirse en “tres” o de cómo y por qué es posible que Dios, Quien lleva a cabo Su Voluntad sin condicionamientos, simplemente no perdonó los pecados de la humanidad, sino que en vez de eso descendió a la Tierra volviéndose una persona y asumiendo los pecados de todo el mundo. Ello, teniendo en cuenta que este proceso transcurrió mientras Él permanecía siendo Dios de todo el universo, cuya Voluntad se cumple cuando y como Él quiere. Aparentemente jamás tuvieron la capacidad de crear una respuesta, sino que se limitaron a expresar opiniones o extrañas analogías al respecto.

Su padre, ordenado como Ministro sin denominación

Mi padre era un activo partidario del trabajo de la iglesia, especialmente de los programas de la escuela eclesiástica. En 1970 fue ordenado ministro. Él y su esposa (mi madrastra) conocían a muchos de los pastores y evangelistas de la TV, incluso visitaron a Oral Roberts y ayudaron a la construcción de la “Torre de Oración” situada en Tulsa, Oklahoma. Además, fueron importantes defensores de Jimmy Swaggart, Jim y Tammy Fae Baker, Jerry Fallwell, John Haggi y el principal enemigo del Islam en los Estados Unidos de América: Pat Robertson.

Distribución de audios de “oración” para Jesús

A comienzos de la década de1980 mi padre y su esposa trabajaron conjunta y activamente en la grabación y distribución de audios de “oración” gratuitos a hogares para jubilados, hospitales y asilos para ancianos. De verdad conseguíamos “reclutar almas para el Señor Jesús” día tras día.

Conocí a un egipcio

A comienzos de 1991 mi padre empezó a comerciar con un egipcio y me dijo que deseaba que yo lo conociera. Esta idea me resultó atractiva al pensar en la posibilidad de degustar cierto sabor internacional. Ustedes saben, pirámides, esfinge, Río Nilo y todo eso.

Era un “Mozlem”

 Luego mi padre mencionó que este hombre era musulmán… Secuestradores, pone bombas, terroristas y quién sabe qué más. Ante todo, odiaba la idea de conocer a un “infiel, secuestrador, terrorista, incrédulo”. A cualquier persona normal le parecería repulsiva dicha idea, no podía creer lo que escuchaba. ¿Un musulmán? ¡De ninguna manera! Le recordé a mi padre diversas cosas que habíamos escuchado acerca de estas personas.

Mentiras que nos contaban acerca de los musulmanes y el Islam:

No creen en Dios, veneran una caja negra en el desierto y besan el suelo cinco veces al día. ¡De ninguna manera! No quería conocer a ese musulmán…  ¡De ninguna manera! Mi padre insistió en que lo conociera y me aseguró que era una persona muy agradable. Esto era demasiado para mí; especialmente ya que todos los evangélicos con los que solíamos viajar odiaban de sobre manera a los musulmanes y al Islam. De hecho nos mentían para asustarnos y para que las personas temieran al Islam. Así que, ¿por qué querría conocer a estas personas?

Idea: “Convirtámoslo en cristiano”

Entonces se me ocurrió una idea: “podemos convertir a este hombre en un  cristiano”. Por ende, me rendí y accedí a la reunión, aunque de acuerdo a mis términos. Acepté conocerlo un domingo después de la iglesia ya que habríamos rezado y estaríamos en buenos términos con el Señor. Llevaría mi Biblia bajo mi brazo como de costumbre, mi cruz grande y brillante colgando y mi gorra que dice: “Jesús es el Señor”. Mi esposa y mis dos jóvenes hijas llegaron, estábamos preparados para nuestro primer encuentro con los musulmanes.

¿Dónde está?

Cuando entré a la tienda y le pregunté a mi padre dónde estaba el musulmán, apuntó y dijo: “Se encuentra justo allí”. Estaba confundido. Ese no podía ser el musulmán. De ninguna manera.

¿Turbante y barba?

Esperaba encontrar un hombre inmenso con túnica y batas ondeando, un gran turbante sobre su cabeza, una barba larga que llegaría a su pecho, cejas que atravesarían su frente de lado a lado y una espada o una bomba bajo su abrigo.

Ni barba ni turbante [¡de hecho no tenía cabello alguno!]

Este hombre no usaba barba, a decir verdad, no tenía cabello alguno en su cabeza, era prácticamente calvo. Lo mejor de todo es que era muy agradable, saludaba con una calurosa bienvenida y apretón de manos. Esto no tenía sentido; pensaba que eran terroristas y pone bombas. ¿De qué se trataba todo esto?

Necesita a Jesús

No hay problema. Me pondré a trabajar inmediatamente con este tipo. “En nombre de Jesús” necesita ser “salvado”; el Señor y yo lograremos hacerlo.

Introducción e interrogatorio

Luego de una rápida introducción, le pregunté:

“¿Usted cree en Dios?”

Dijo: “Sí”. - (¡Bien!)

Entonces pregunté: “¿Cree en Adán y Eva?”

Dijo: “Sí”. - (¡Muy bien!)

Otra vez pregunté: “¿Qué me dice de Abraham, cree en él y en cómo trató de sacrificar a su hijo por Dios?”

Respondió: “Sí”. – (¡Aún mejor!)

Nuevamente pregunté: “¿Y Moisés, los diez mandamientos, la separación del Mar Rojo?”

Nuevamente respondió: “Sí”. – (¡Mejor todavía!)

Luego inquirí otra vez: “¿Y los demás profetas, David, Salomón y Juan el Bautista?”

Dijo: “Sí”. – (¡Genial!)

Volví a preguntar: “¿Cree en la Biblia?”

Volvió a responder: “Sí”. – (¡Bien!)

Finalmente, le llegó el momento a la gran pregunta: “¿Cree en Jesús, y en que fue el Mesías (Cristo) de Dios?”  

Y nuevamente me respondió: “Sí”. – (¡Fantástico!)

En fin, esto sería más fácil de lo que pensaba, él estaba prácticamente listo para ser bautizado, sólo que no lo sabía. ¡Y yo era justamente el indicado para llevarlo a cabo!

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Yusuf Estes, ex capellán cristiano de una prisión federal (parte 3 de 5)

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Descripción: Yusuf Estes, hoy en día divulgador activo del Islam, relata con humor la historia sobre su conversión al Islam. Parte 3: Predicando el cristianismo a un sacerdote.

  • Por Yusuf Estes
  • Publicado 26 Oct 2009
  • Última modificación 26 Oct 2009
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Un descubrimiento asombroso: ¿Los musulmanes creen en la Biblia?

Un día de primavera de 1991 me enteré de que los musulmanes creen en la Biblia. Estaba asombrado. ¿Cómo podía ser esto? Y eso no es todo, creen en Jesús como:

*    Un verdadero mensajero de Dios;

*    Profeta de Dios;

*    Su Nacimiento milagroso, sin intervención humana;

*    Tal como predicaba la Biblia era Cristo, el Mesías;

*    Se encuentra con Dios y, más importante…

*    Volverá en los días finales para liderar a los creyentes contra el “Anticristo”.

Después de día tras día de “ganar almas para el Señor por Jesús”, atrapar a uno de estos “musulmanes” y “convertirlo” al cristianismo sería un grandísimo logro para mí.

Taza de té: Discutiendo creencias

Le pregunté si le gustaba el té y dijo que sí, así que nos fuimos a una pequeña tienda en el centro comercial a sentarnos y hablar de mi tema favorito: las creencias. Pasamos horas sentados en esa pequeña confitería charlando (yo hablé la mayor parte del tiempo), y me di cuenta de que se trataba de un hombre agradable, silencioso e incluso algo tímido. Escuchó atentamente cada una de mis palabras y no interrumpió siquiera una vez. Me gustó su forma de ser y pensé en el inmenso potencial que tenía para convertirse en un buen cristiano. Evidentemente, poco sabía yo acerca del curso de los acontecimientos venideros.

Aceptación de la propuesta de negocios

Antes que todo, acordé con mi padre en que debíamos hacer negocios con este hombre; de hecho, incentivé la idea de qué él debía acompañarme en los viajes de negocios a través del norte de Texas. Día tras día viajaríamos juntos y discutiríamos diversos asuntos relacionados a las distintas creencias que las personas tienen. Por supuesto, en el camino pondría algunos de mis programas de radio favoritos sobre adoración y oración para ayudar a hacer llegar el mensaje a este pobre individuo. Hablamos respecto al concepto de Dios, el significado de la vida, el propósito de la creación, los profetas, su misión y cómo Dios revela Su Voluntad a la humanidad. También, compartimos muchas ideas y experiencias personales.

Se mudó a casa

Un día, me enteré de que mi amigo Mohamed iba a mudarse de la casa que compartía con un amigo suyo y se instalaría en la mezquita por un tiempo. Le pregunté a mi padre si podíamos invitarlo a que se quedara con nosotros en nuestra casa de campo. Después de todo, se trataba de una casa grande y podíamos compartir parte del trabajo, algunas cuentas y él se encontraría justo allí en el momento de partir de viaje. Mi padre estuvo de acuerdo y Mohamed se mudó con nosotros.

Seguí ministrando y predicando

Por supuesto que aún encontraría tiempo para visitar a mis colegas pastores y evangelistas alrededor del Estado de Texas. Uno de ellos vivía en la frontera de Texas y México, otro vivía cerca de la frontera con Oklahoma. A un pastor le gustaba cargar una inmensa cruz de madera que era más grande que un automóvil. La llevaba sobre sus hombros, arrastrando la parte inferior en el suelo y tirando de las dos vigas que formaban la cruz, por las calles o autopistas. Las personas frenaban sus coches y se dirigían a él, le preguntan qué ocurría y así él les entregaba folletos y panfletos sobre el cristianismo.

El pastor sufre un ataque cardíaco

Un día, mi amigo que llevaba la cruz sufrió un ataque cardíaco y tuvo que ser internado en el Hospital de Veteranos, donde debió permanecer por un largo período de tiempo. Solía visitarlo en el hospital varias veces por semana y llevaba a Mohamed conmigo, con la esperanza de que juntos los tres pudiéramos compartir el tema de las creencias y religiones. Mi amigo no estaba muy impresionado y era evidente que no quería saber sobre el Islam. Entonces, un día el compañero de habitación de mi amigo llegó al cuarto en su silla de ruedas y me dirigí a él. Le pregunté su nombre y me respondió que eso no importaba; luego le pregunté de dónde era y dijo que provenía del planeta Júpiter. Pensé en lo que dijo y comencé a dudar sobre si me encontraba en el ala de pacientes cardíacos o el ala de salud mental.

El hombre en la silla de ruedas necesitaba al Señor

Sabía que el hombre estaba solo, deprimido y que necesitaba a alguien en su vida; de modo que comencé a predicarle acerca del Señor. Le leía del libro de Jonás del Antiguo Testamento; compartí con él la historia del profeta Jonás que había sido enviado por el Señor para encaminar a su pueblo en la dirección correcta. Jonás había abandonado a su pueblo y escapado en barco para dejar su ciudad y adentrarse en el mar. Surgió una tormenta, la embarcación casi naufragó y las personas a bordo lanzaron a Jonás por la borda. Una ballena se arrimó a la superficie, atrapó a Jonás, se lo tragó y regresó al fondo del mar donde permaneció durante 3 días y 3 noches. A pesar de esto, y gracias a la piedad de Dios que hizo que la ballena se elevara hasta la superficie y escupiera a Jonás, este regresó a su hogar sano y salvo en la ciudad de Nínive. El mensaje es que no podemos escaparnos de nuestros problemas ya que siempre sabremos lo que hemos hecho y, lo que es más importante, Dios siempre sabe qué hemos hecho.

Sacerdote católico

Luego de compartir esta historia con el hombre en la silla de ruedas, él me miró y se disculpó. Dijo que lamentaba su comportamiento descortés y que había experimentado problemas muy serios recientemente. Y entonces dijo que quería confesarme algo. Le dije que no era un sacerdote católico y que no llevaba a cabo confesiones. Me respondió que sabía eso, a decir verdad, dijo: “Soy un sacerdote católico”.

Estaba conmocionado. Había estado tratando de predicarle el cristianismo a un sacerdote. ¿Qué había ocurrido allí?

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Yusuf Estes, ex capellán cristiano de una prisión federal (parte 4 de 5)

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Descripción: Yusuf Estes, hoy en día divulgador activo del Islam, relata con humor la historia sobre su conversión al Islam. Parte 4: Una casa grande y animadas discusiones sobre religión

  • Por Yusuf Estes
  • Publicado 02 Nov 2009
  • Última modificación 02 Nov 2009
  • Impreso: 340
  • Visto: 21,029
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Sacerdote en Latinoamérica

El sacerdote compartió su historia, había sido misionero para la iglesia durante más de 12 años, en Sudamérica, Centroamérica, México y hasta en el barrio marginal de Hell’s Kitchen en Nueva York. Cuando fue dado de alta del hospital necesitaba un sitio donde quedarse; y en vez de dejarlo irse y que lo hospedara una familia católica, le dije a mi padre que debíamos invitarlo a que viviera en el campo junto a nuestras familias y Mohamed. Estuvimos todos de acuerdo en que haríamos eso, él se mudó con nosotros inmediatamente.

¿Los sacerdotes deben estudiar el Islam? - ¡Sí!

Durante el viaje de camino a casa hablé con el sacerdote acerca de algunos conceptos de las creencias islámicas, para sorpresa mía estuvo de acuerdo y compartió aún más sobre ello conmigo. Me asombré cuando me dijo que los sacerdotes católicos debían estudiar el Islam y que algunos hasta ostentaban  doctorados sobre ese tema. Esto me era muy esclarecedor, aunque todavía había mucho por venir.

Diversas versiones de la Biblia

Después de que el sacerdote se instaló, cada noche nos reuníamos todos después de la cena alrededor de la mesa de la cocina, donde discutíamos tópicos sobre religión. Mi padre llevaba su versión King James de la Biblia, mi esposa llevaba otra versión de la Biblia (algo así como Las Buenas Nuevas de Jimmy Swaggart para el Hombre Moderno) y yo llevaba mi Versión Revisada Estándar de la Biblia. El sacerdote, por supuesto, llevaba la Biblia Católica, la cual incluye 7 libros más que la Biblia protestante. En realidad, pasábamos más tiempo discutiendo acerca de cuál Biblia era la verdadera o la más correcta, de lo que pasábamos tratando de convencer a Mohamed de convertirse en cristiano.

El Corán tiene solamente UNA versión –en árabe– que aún se conserva

Recuerdo una vez en que le pregunté a Mohamed respecto al Corán y sobre cuántas versiones existieron del mismo en los pasados 1.400 años. Me respondió que solamente había UN CORÁN –en árabe– y que jamás fue modificado. Me explicó que el Corán fue memorizado y esparcido en todo el planeta por cientos de miles de personas. A través de los siglos, y a partir de la revelación del mismo, millones lo memorizaron completamente y se lo enseñaron a otros que también lo memorizaron completamente, de principio a fin y sin errores. Hoy en día, más de 9 millones de musulmanes memorizan el Corán íntegramente.

¿Cómo podía ser?

Esto no me parecía real. Al fin y al cabo, las lenguas originales de la Biblia han sido lenguas muertas por siglos, y los auténticos documentos se perdieron ya desde hace miles de años. Por lo tanto, ¿cómo podía ser que algo como esto fuera tan fácil de preservar y recitar de principio a fin?

El sacerdote va a la mezquita

Un día, el sacerdote le preguntó a Mohamed si podía acompañarlo a la mezquita para ver cómo era. Regresaron hablando de su experiencia y no podíamos esperar a preguntarle al sacerdote cómo fue y qué tipos de ceremonias se habían llevado a cabo. Nos contó que en realidad no hacían algo específico. Tan sólo llegaron, rezaron y se fueron. Pregunté: “¿Se fueron? ¿Sin discursos ni himnos?” Asintió: “Así es”.

¡El sacerdote se convierte al Islam!

Pasaron pocos días y el sacerdote católico le preguntó a Mohamed si podía acompañarlo a la mezquita nuevamente, lo cual sucedió. Aunque esa vez fue excepcional. Tomaron más tiempo del usual en regresar, anocheció y temimos que les hubiese sucedido algo. Finalmente llegaron, y cuando se acercaron a la puerta reconocí a Mohamed inmediatamente, pero ¿quién era la persona al lado suyo? Vestía una bata y gorro blancos. Pensé: “¡Aguarden!” ¡Era el sacerdote!  Le pregunté: “¿Pete?...¿Te hiciste musulmán?”

Dijo haberse convertido al Islam ese mismo día. ¡¡¡EL SACERDOTE SE HIZO MUSULMÁN!!! ¿Qué seguiría? (Ya verán).

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Yusuf Estes, ex capellán cristiano de una prisión federal (parte 5 de 5)

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Descripción: Yusuf Estes, hoy en día divulgador activo del Islam, relata con humor la historia sobre su conversión al Islam. Parte 5: ¡Todos se vuelven musulmanes!

  • Por Yusuf Estes
  • Publicado 09 Nov 2009
  • Última modificación 09 Nov 2009
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¡Mi esposa anuncia su Islam!

Entonces, me fui al piso de arriba a pensar en lo que estaba sucediendo y comencé a hablar con mi esposa sobre todo este asunto. En ese instante me  anunció que también ingresaría al Islam ya que sabía que era la verdad.

¡Conmoción!

Ahora estaba realmente conmocionado. Bajé, desperté a Mohamed y le pedí que me acompañara afuera para que discutiéramos. Caminamos y discutimos durante toda esa noche.

¡La verdad a mi alcance!

Para el momento en que Mohamed se alistó para orar el Fayer (oración matutina de los musulmanes) ya era consciente de que finalmente había alcanzado la verdad y que a partir de entonces dependía de mí hacer mi parte.  Me dirigí al fondo, a la parte trasera de la casa de mi padre y encontré una lámina de madera en el suelo; ahí mismo, de cara hacia la dirección en que los musulmanes rezan cinco veces al día, apoyé mi frente en el piso.

¡Guíame! ¡Oh Dios!  ¡Guíame!

Así, con mi cuerpo sobre la madera y mi cabeza en el suelo, supliqué: “Oh Dios, si estás ahí, guíame, guíame”.

Revelación

Momentos después, alcé mi cabeza y noté algo. No, no vi aves ni ángeles ni luces brillantes o destellos en el cielo, tampoco escuché voces o música. Lo que noté fue una transformación dentro de mí. En ese instante advertí, más que nunca antes en mi vida, de que era el momento en que debía cesar con todo tipo de engaños y trampas. Era tiempo de que realmente me esforzara por ser un hombre recto y honesto. Supe cómo debía conducirme. 

Lavar el pasado

Subí las escalera y me duché con una clara convicción de que al bañarme quitaba de mi cuerpo al viejo pecador en que me había convertido a lo largo de mi vida. Y ahora estaba entrando a una nueva y fresca forma de vida, basada en la verdad y la prueba.

Conversión

Aquella mañana, a las 11 a.m. aproximadamente, anuncié mi shahadah (testimonio público sobre la unicidad de Dios y la calidad profética de Muhammad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él) de pie y ante dos testigos: el ex sacerdote, anteriormente conocido como Padre Peter Jacob y Mohamed Abdel Rehman.

“Atestiguo que no existe deidad alguna con derecho a ser adorada excepto Dios Todopoderoso, Único y sin coparticipes; y atestiguo que Muhammad es Su siervo y mensajero”.

Mi esposa prosiguió

Minutos después, mi esposa prosiguió declarando el mismo testimonio, tan sólo que el suyo fue ante 3 testigos (siendo yo el tercero).

Tiempo después, mi padre

Mi padre fue más reservado respecto a este asunto y tomó algunos meses más antes de realizar su shahadah (testimonio de fe). Sin embargo, finalmente se acercó al Islam y comenzó a ofrecer sus oraciones junto a mí y al resto de los musulmanes en la mezquita local.

¡Los niños también!

Los niños fueron sacados de su escuela cristiana y puestos en escuelas musulmanas. Hoy en día, 10 años después, ya han memorizando gran parte del Corán y las enseñanzas del Islam.

La esposa de mi padre manifiesta su fe

Antes de morir la esposa de mi padre reconoció que Jesús no pudo ser hijo de Dios, aunque debió haber sido un importante profeta de Dios, pero no el mismísimo Dios. Pocos meses luego de esta declaración falleció, a los 86 años de edad. Que Dios acepte su manifestación fe, amén.

Un hogar de musulmanes recientemente convertidos – ¿Qué sigue?

Tómese un momento y reflexione. Un hogar entero, con personas de diversas posiciones y grupos étnicos que se unieron a través de la verdad para aprender a conocer y venerar al Creador y Sustentador del Universo. Piense. Un sacerdote católico, un ministro de música y predicador del evangelio, un capellán ordenado y constructor de escuelas cristianas, los niños, incluso una bisabuela… ¡Todos se convierten al Islam!

Bajo Su guía y misericordia

Tan sólo gracias a Su misericordia fuimos guiados hacia la auténtica verdad del Islam. Al retirar los obstáculos que nos ensordecían y enceguecían, y los precintos sobre nuestros corazones, comenzamos a ser encaminados por Él.

Ahora ustedes tienen un resumen sobre la historia de mi acercamiento y conversión al Islam. En internet podrán encontrar más información e imágenes acerca de esta experiencia. Por favor, tómense el tiempo de visitar la página y luego de escribirme al mismo correo electrónico para que compartamos verdades basadas en pruebas, y entonces comprendamos nuestros orígenes, propósitos y metas en esta vida y la próxima.

Desde que escribí mi historia y ésta se publicó en internet, diversos sitios la tomaron y la convirtieron en un ejemplo famoso de cómo “pastores y sacerdotes se convirtieron al islam”.

Les agradezco nuevamente por su visita. Le agradezco especialmente a nuestro amigo cristiano por su correo electrónico. Si no lo hubiese enviado probablemente aún se encontraría incompleta la tarea de comunicar, de una vez por todas, la forma en que mi familia, amigos y yo nos convertimos al Islam.

Por favor, siéntanse libres de compartir esta historia con otros. Incluso podrían imprimirla y hacer copias para todos. Difundan nuestros enlaces, publiquen nuestra historia en sus sitios en la red o páginas de blog, reenvíen esta experiencia a través de correo electrónico a todos sus conocidos. Dios mediante, ella podría cambiar la vida de otros, así como cambiaron las nuestras.

Que Dios los guíe en su travesía hacia la verdad. Amén. Y que Él libere nuestras mentes y corazones hacia la realidad de este mundo y el propósito de esta vida, amén.

Que la paz y guía de Dios Todopoderoso, Creador y Sustentador del universo, sea con ustedes.

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