La Biblia niega la divinidad de Jesús (parte 1 de 7): Los escritores de la Biblia
Descripción: Los escritores de la Biblia no creían que Jesús era Dios.
- Por Shabir Ally
- Publicado 23 Feb 2009
- Última modificación 16 Oct 2021
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Tanto cristianos como musulmanes creen en Jesús, lo aman y lo honran; sin embargo, ambos difieren con respecto a su divinidad.
Afortunadamente, esta diferencia puede resolverse si referimos el asunto a la Biblia y al Corán, porque tanto la Biblia como el Corán enseñan que Jesús no es Dios.
Está claro que el Corán niega la divinidad de Jesús, por lo que no necesitamos mucho tiempo para explicar eso.
Por otro lado, muchas personas malinterpretan la Biblia; sienten que la creencia en Jesús como Dios está tan extendida que debe haberse originado en la Biblia. Esta serie de artículos demuestra de manera contundente que la Biblia no enseña eso.
La Biblia muestra claramente que Jesús no es Dios. En la Biblia Dios siempre es alguien diferente a Jesús.
Algunos dirán que algo que Jesús dijo o hizo durante su estadía en la tierra prueba que él es Dios. Nosotros demostraremos que los discípulos nunca llegaron a la conclusión de que Jesús era Dios. Y ellos fueron las personas que vivieron y caminaron con Jesús y conocieron de primera mano lo que él dijo e hizo. Además, en el libro de Hechos de los Apóstoles en la Biblia, dice que los discípulos eran guiados por el Espíritu Santo. Si Jesús fuese Dios, seguramente que ellos lo habrían sabido. Pero no es así. Ellos siguieron adorando al único y verdadero Dios, quien fue adorado por Abraham, Moisés y Jesús (ver Hechos 3:13).
Todos los escritores de la Biblia no creían que Dios era Jesús. Le idea de que Jesús es Dios no formó parte de la creencia cristiana hasta después de que la Biblia fue escrita, y tardó muchos siglos en formar parte de la fe de los cristianos.
Mateo, Marcos y Lucas, autores de los primeros tres evangelios, no creían que Jesús era Dios (ver Marcos 10:18 y Mateo 19:17). Ellos creían que era el hijo de Dios en el sentido de que era una persona virtuosa. De la misma manera, muchos otros también son llamados hijos de Dios (ver Mateo 23:1-9).
Pablo, quien se cree que es el autor de trece o catorce cartas de la Biblia, tampoco creía que Jesús era Dios. Para Pablo, Dios primero creó a Jesús, luego utilizo a Jesús como agente para crear el resto de la creación (ver Colosenses 1:15 y 1 Corintios 8:6). Se encuentran ideas similares en la Carta a los Hebreos, y también en el Evangelio y las cartas de Juan, escritas unos setenta años después de Jesús. En todas estas escrituras Jesús es una criatura de Dios y por lo tanto siempre está subordinado a Dios (ver 1 Corintios 15:28).
Ahora, debido a que Pablo, Juan y el autor de Hebreos creían que Jesús fue la primera criatura de Dios, algo de lo que escribieron muestra claramente que Jesús era un poderoso ser pre-existente. Esto a menudo se malinterpreta y se piensa que él debe haber sido Dios. Pero decir que Jesús era Dios es ir en contra de lo que estos mismos autores han escrito. Aunque estos autores tenían esta creencia posterior de que Jesús era la más importante de todas las criaturas, también creían que era inferior a Dios. De hecho, Juan cita a Jesús diciendo: "...el Padre es más grande que yo" (Juan 14:28). Y Pablo declara que la cabeza de toda mujer es su esposo, y la cabeza de todo hombre es Cristo y la cabeza de Cristo es Dios (ver 1 Corintios 11:3).
Por lo tanto, encontrar algo en estas escrituras y sostener que enseñan que Jesús es Dios es malinterpretar y citar erróneamente lo que dicen estos autores. Lo que ellos escribieron debe ser comprendido en el contexto de su creencia de que Jesús era una criatura de Dios, como ellos lo han expresado claramente.
Luego vemos que algunos de los escritores posteriores tenían un concepto más elevado de Jesús, pero ninguno de los escritores de la Biblia creía que Jesús era Dios. La Biblia enseña con claridad que existe un único y verdadero Dios, el único a quien Jesús adoraba (ver Juan 17: 3).
En el resto de esta serie de artículos exploraremos la Biblia con más profundidad y hablaremos de los pasajes que son a menudo citados erróneamente como pruebas de la divinidad de Jesús. Demostraremos, con la ayuda de Dios, que el significado de dichos pasajes no es el que ellos le intentan atribuir.