El Milagro del Hierro
Descripción: El Corán parece explicar que el hierro es algo “descendido” y no natural de esta tierra, una idea que no resulta extraña a la ciencia del siglo XX.
- Por A.O.
- Publicado 19 May 2008
- Última modificación 21 Aug 2011
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El hierro es uno de los elementos más reiteradamente nombrados en el Corán. En el capítulo conocido como Al-Hadid, que significa “El Hierro”, leemos:
“Por cierto que enviamos a nuestros Mensajeros con las pruebas evidentes e hicimos descender con ellos el Libro y la balanza de la justicia para que los hombres sean equitativos. Hemos hecho descender el hierro, en el que hay gran poder y beneficio para los hombres. Allah sabrá quiénes se esfuercen sinceramente por Su causa y la de Sus Mensajeros; Allah es Fortísimo, Poderoso.” (Corán 57:25)
A la palabra “anzalna”, traducida como “hicimos descender” y utilizada en referencia al hierro el este versículo, podría atribuírsele un significando metafórico para explicar que el hierro ha sido dado para beneficiar a las personas. Sin embargo, cuando tomamos en consideración el significado literal de dicha palabra, es decir, que fue enviado físicamente desde el cielo, ya que esta palabra es utilizada en el Corán únicamente en sentido literal, como cuando Dios se refiere al descender de la lluvia o de la revelación, comprendemos que este versículo implica un milagro científico muy importante. Ya que los modernos hallazgos de la Astronomía demuestran que el hierro encontrado en nuestro mundo proviene de una estrella gigante del espacio exterior.
No sólo el hierro de la tierra, sino también el de todo el Sistema solar, proviene del espacio exterior; ya que la temperatura del Sol no es apropiada para la formación del hierro. El sol tiene una temperatura en su superficie de 6.000 grados Celsius, y una temperatura en el centro de aproximadamente 20 millones de grados. El hierro sólo puede producirse en estrellas mucho más grandes que el Sol, donde la temperatura alcanza algunos cientos de millones de grados. Cuando la cantidad de hierro excede un cierto nivel en una estrella, la estrella ya no puede retenerlo, y eventualmente explota en lo que se llama una “nova” o una “supernova”. Estas explosiones hacen posible que el hierro sea diseminado por el espacio.
Una fuente científica proporciona la siguiente información sobre este asunto:
“Existen también evidencias sobre lo que ocurre en las supernovas más viejas: los elevados niveles de hierro en los sedimentos del mar son prueba de que la explosión de una supernova ocurrió hace aproximadamente 5 millones de años a no más de 90 años luz del sol. El Hierro-60 es un isótopo radiactivo de hierro, formado en las explosiones de las supernovas con una vida media de 1.5 millones de años. La elevada presencia en el lecho oceánico de este isótopo en una capa geológica determinada, indica la nucleosíntesis reciente en el espacio cercano y su subsecuente transporte a la tierra (quizás como granos de polvo).
Todo esto demuestra que el hierro no se formó en la Tierra, sino en supernovas, y llegó aquí (descendió), como está explicado en el versículo del Corán. Está claro que este hecho no pudo ser conocido en el siglo 7, cuando el Corán fue revelado, sin embargo lo encontramos mencionado en la Palabra de Dios, Quien abarca todas las cosas en Su conocimiento infinito.
El hecho que el versículo mencione específicamente que el hierro descendió a la Tierra es sorprendente, considerando que estos descubrimientos fueron hechos al final del siglo 20. El microbiólogo Michael Denton, en su libro “Nature’s Destiny”, enfatiza la importancia del hierro:
“De todos los metales no hay ninguno más esencial para la vida que el hierro. Es la acumulación de hierro en el centro de una estrella que activa una explosión de la supernova lo que a continuación esparce los átomos vitales para la vida a lo largo del cosmos. El influjo de los átomos férricos, causado por la fuerza de gravedad hacia el centro de la tierra primitiva, generó el calor que causó la diferenciación química inicial de la tierra; esto formó los gases de la atmósfera temprana, y finalmente de la hidrosfera. Es el hierro fundido en el centro de la Tierra el que, actuando como un dínamo gigantesco, genera el campo magnético de la misma, que a su vez crea los cinturones radioactivos de Van Allen, que protegen la superficie del planeta de la radiación cósmica destructiva y conservan la capa de ozono, crucial para el filtrado de los rayos dañinos…”
“Sin el átomo férrico, no existiría ninguna vida basada en el carbono en el cosmos; ninguna supernova, nada habría calentado la tierra primitiva, ninguna atmósfera o hidrosfera se habría formado. No habría ningún campo magnético protegiéndonos, ninguna capa de ozono, ningún metal para hacer la hemoglobina [en la sangre humana], ningún metal para controlar la reactividad del oxígeno, y ningún metabolismo oxidante.”
“Existe una relación íntima entre la vida y el hierro, entre el color rojo de la sangre y el color rojo de alguna estrella distante, no sólo indica la relevancia de los metales en la biología sino también el “biocentrismo” del cosmos…”
Esta explicación indica claramente la importancia del átomo férrico. El hecho de que se ponga una atención particular sobre el hierro en el Corán, da énfasis a la importancia de este elemento.
Es más, se usaron partículas de óxido férrico en un tratamiento contra el cáncer en meses recientes y se lograron resultados positivos. Un equipo liderado por el Dr. Andreas Jordan, en el mundialmente famoso Hospital Charité en Alemania, ha tenido éxito destruyendo las células cancerígenas con esta nueva técnica conocida como “hipertermia magnética fluida” (líquido magnético de alta temperatura). Como resultado de esta técnica, realizada por primera vez en el paciente Nikolaus H., de 26 años de edad, ninguna nueva célula cancerígena se observó en él en lo siguientes tres meses.
Este método de tratamiento puede resumirse como sigue:
1. Unas partículas de óxido férrico disueltas en un líquido contenedor, se inyectan en el tumor por medio de una jeringa especial. Estas partículas se extienden a lo largo de las células del tumor. Este líquido consiste en miles de millones de partículas, 1.000 veces más pequeñas que los corpúsculos de la sangre, el óxido férrico en 1cm cúbico puede fluir fácilmente a través de los vasos sanguíneos.
2. El paciente es colocado entonces en una máquina con un campo magnético poderoso.
3. Este campo magnético, aplicado externamente, empieza a poner las partículas férricas en el tumor en movimiento. Durante este tiempo, la temperatura en el tumor que contiene la inyección de partículas de óxido férrico sube a 45 grados.
4. Por unos minutos las células cancerígenas, incapaces de protegerse del calor, o se debilitan o resultan destruidas. Los tumores pueden ser entonces completamente erradicados con la quimioterapia tradicional.
En este tratamiento sólo las células con cáncer son afectadas por el campo magnético, porque sólo en ellas se inyectan las partículas de óxido férrico. Esta técnica representa un desarrollo enorme en el tratamiento de esta enfermedad potencialmente letal.
El hierro también ha demostrado ser una cura para las personas que padecen anemia. En el tratamiento de tales enfermedades extendidas, las palabras “…el hierro, en el que hay gran poder y beneficio para los hombres.” (Corán 57:25) son particularmente notables. De hecho, en ese verso, el Corán puede estar indicando los beneficios del hierro para la salud humana. Pero Dios sabe más.