Compasión, moderación y humildad; estas son las tres joyas o atributos que los taoístas viven a fin de llevar una vida buena y con significado. Estas características también son enseñadas, entre otras, por el Islam. La primera de las tres joyas (a veces conocidas como tesoros) es ci, literalmente: compasión, ternura, amor, misericordia, bondad, gentileza o benevolencia. También es un término chino clásico para "madre". La segunda es jian, literalmente: moderación, economía, austeridad, ser ahorrador. El tercer tesoro es una frase china de seis caracteres en lugar de una sola palabra, bugan wei tianxia xian. Esto traduce como humildad, pero en realidad significa más que eso. De acuerdo con la sabiduría taoísta, es el camino para evitar la muerte prematura. Estar en la vanguardia es exponerse uno mismo, hacerse vulnerable a las fuerzas destructivas del mundo, mientras que permanecer detrás y ser humilde es darse uno tiempo para madurar plenamente y dar frutos.

Veamos cómo esto se compara con las mismas virtudes enseñadas en el Islam. Lo más importante a subrayar es que la compasión es el número uno y que es una palabra enlazada a la palabra china clásica para "madre". Sabemos que en el Islam, Dios es conocido como El Más Misericordioso. El diccionario define la misericordia como la disposición a ser amable y perdonador, y el sentimiento que motiva la compasión. El término árabe para "misericordia" es rahma, y la palabra árabe para "útero" es rahim, derivada de la misma raíz. Es notable que hay una conexión única entre la misericordia de Dios y el vientre materno. Dios nos nutre y nos brinda refugio, al igual que el vientre materno nutre y da refugio al niño por nacer. La conexión entre misericordia, compasión y maternidad es obvia, tanto en el término islámico rahma como en la joya taoísta "compasión".

¿Y qué pasa con la moderación? Claramente, es una virtud importante en el taoísmo. Pero ¿en el Islam? De acuerdo con el enfoque holístico de la vida en el Islam, todo debe hacerse con moderación. No hay razón ni excusa para el comportamiento extremo ni fanático. El Corán se refiere a aquellos que siguen verdaderamente el Islam como la comunidad del camino medio.

"Hice de ustedes una comunidad moderada y justa...". (Corán 2:143)

La tercera joya, la humildad, también es una virtud muy elogiada en el Islam. Sin embargo, el Islam subraya que la humildad es un rasgo que nos llevará a una vida dichosa para siempre, mientras que el taoísmo parece poner mucho énfasis en esta vida para llevar una vida plena y digna. Ibadaes la palabra árabe para adoración, mientras que la raíz de la palabra ubudia significa expresar la humildad propia. Es el sentido completo de la humildad que supera el que se somete totalmente a la voluntad de Dios, el Todopoderoso. Adoración es sumisión a Dios, y la parte esencial de la sumisión es la humildad. Así, podemos ver que las virtudes esenciales del taoísmo y del Islam son básicamente las mismas. Esto no es de sorprender, ya que la mayoría de las religiones enfatizan la necesidad de estándares morales elevados y de un comportamiento virtuoso.

Los lugares para las actividades taoístas son denominados palacios (gong) o templos (guan) taoístas. Los taoístas prefieren construir sus templos en montañas y bosques serenos; pero a medida que el taoísmo se extendió, se construyeron más y más templos en las áreas urbanas. Cada uno de ellos vino a consagrar un gran número de estatuas de deidades e inmortales. Esto nos lleva a hacernos una pregunta esencial: ¿Qué dice exactamente el taoísmo en relación a la creencia islámica de la Unidad y Unicidad de Dios? ¿Cómo ve el taoísmo a Dios? Hay cierto concepto de Dios en la religión del taoísmo; sin embargo, como vimos en la primera parte, si bien los taoístas aceptan la necesidad de un ser superior, ellos creen que este está más allá del entendimiento humano.

En consecuencia, el taoísmo acepta el concepto de Dios. Sin embargo, de acuerdo con Un Tao personal, "esta cuestión es irrelevante. Dios puede existir o no, y ello no cambia la forma en que vivimos nuestras vidas. Nuestras vidas son expresiones de acciones entre nosotros y el universo. Respetar nuestro entorno es un fomento de nuestro autorrespeto. Esta forma de vivir no cambia sea cual sea la naturaleza de Dios o del Tao"[1]. En la primera parte, vimos ligeramente el hecho de que el taoísmo fue capaz de apropiarse de las demás filosofías y religiones existentes en China gracias a que es posible practicar el taoísmo y otras religiones al mismo tiempo. Muchos chinos budistas también son taoístas. Sin embargo, esto ha dado lugar a un politeísmo único en el taoísmo que no existía cuando fue practicado por primera vez.

Hay una jerarquía de dioses e inmortales en el taoísmo. En la cúspide de la jerarquía está el Celeste Venerable de los Orígenes, el Celeste Venerable de la Joya Mágica, y el Celeste Venerable del Tao y su Virtud. Debajo de ellos hay dioses de rangos inferiores que están encargados de responsabilidades de acuerdo a sus logros. El mayor de ellos es el Emperador de Jade, seguido por las cuatro deidades mayores y otros seres celestiales e inmortales. Las diferentes deidades y los inmortales tienen diferentes responsabilidades. Entre los más populares conocidos están los seres celestiales a cargo del viento, de la lluvia, del trueno, del rayo, del agua y del fuego, el dios de la riqueza, el dios de la cocina, el dios de la ciudad y el dios de la tierra[2].

La idolatría y el politeísmo no tienen lugar en el Islam, y los musulmanes no creen que sea posible practicar más de una religión a la vez. Aunque existen puntos en común, en especial en el área del comportamiento virtuoso, estos no conectan a las dos religiones en modo alguno. Los musulmanes creen en un Dios Uno, Único, incomparable, Quien es, Él solo, el Todopoderoso, el Creador, el Soberano y el Sustentador de todo cuando existe. Solo Él es adorado, solo a Él se dirigen las súplicas, y solo a Él se muestran todos los actos de adoración. Él no necesita de nadie ni nada de Su creación; mientras que todo y todos dependemos de Él para todas nuestras necesidades. El Islam le da un propósito claro a la vida y brinda leyes que llevan a la persona a una vida exitosa y significativa en este mundo, y a la felicidad eterna en el Más Allá.