El alcohol (parte 1 de 2): Malvada y mortífera enfermedad
Descripción: ninguno
- Por AbdurRahman Mahdi (© 2010 IslamReligion.com)
- Publicado 08 Mar 2010
- Última modificación 12 Oct 2015
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En el año 988 d.C., el Príncipe Vladimir, soberano de Rusia, optó por el cristianismo ortodoxo como la religión de su Estado. La leyenda dice que sus embajadores estaban mucho más impresionados con el oro y la grandiosidad de las catedrales bizantinas, especialmente la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla (actualmente la Mezquita Haya Sofía de Estambul) de lo que estaban con el simple y austero arte decorativo que presentaban las mezquitas en las cercanías del Volga, en Bulgaria. Pero otra razón por la cual el príncipe ruso favorecía al cristianismo por encima del Islam, según relatan las crónicas, es que los rusos amaban el alcohol. La abstinencia absoluta del alcohol que practican los musulmanes era un sacrificio demasiado grande para los hombres de Vladimir. Y, lamentablemente, parece que su insaciable sed de “un buen trago”, particularmente vodka, ha contagiado a la nación rusa desde entonces.
De acuerdo a un reporte publicado en el año 2000[1], al menos un tercio de los hombres rusos mueren borrachos, y más de la mitad de ellos muere en una etapa avanzada de intoxicación alcohólica. Con un promedio de 57.4 años, los hombres rusos tienen el nivel de expectativa de vida más bajo de Europa. Aunque las enfermedades del corazón, los accidentes y suicidios abarcan cerca de un 75% de las muertes de los hombres, raramente están sobrios cuando mueren. Escrito en el periódico Kommersant, en un comentario sobre un estudio realizado a lo largo de tres años, en hombres de entre 29 y 55 años en Moscú y Udmurita:
“Todos están borrachos: los asesinos y sus víctimas, los que se ahogan, suicidas, conductores de automóviles y peatones muertos en accidentes de tráfico, las víctimas de ataques al corazón y úlceras”.
Aunque describen un escenario desolador, estas estadísticas no sugieren ni deben sugerir que el alcoholismo debe ser tomado como una característica endémica de los rusos, ni de ninguna de las otras naciones de los Hijos de Adán. Como remarcó el vicepresidente de la Organización Nacional de Musulmanes Rusos, el señor Cherniyenko:
“Uno podría decir que beber vino o vodka es un aspecto significativo de la cultura rusa; sin embargo, yo puedo ser un buen ruso y no beber alcohol… La mayoría de los problemas sociales en Rusia son causados por el consumo de alcohol. Si nosotros pudiéramos introducir algunos valores sociales islámicos, la sociedad y el país entero se fortalecerían”.
Buscando mucho más lejos en Occidente, cruzando el Atlántico (o al este, cruzando el Estrecho de Bering), encontramos al gran rival de Rusia durante la Guerra Fría, los Estados Unidos; vemos que esta nación norteamericana no es precisamente mucho mejor en todo lo relacionado a las muertes y daños causados por la bebida. De acuerdo a un estudio de la Asociación Médica Estadounidense en 1988, cerca de 100 000 muertes y pérdidas de 85.8 billones de dólares están relacionadas con el abuso de alcohol, y entre el 25 y 40% de las camas de hospitales están ocupadas por pacientes tratados por complicaciones inducidas por el alcohol. El alcohol es también una de las principales causas de accidentes de tráfico en Estados Unidos; y en 1996 solamente, 17 126 personas fueron asesinadas en accidentes relacionados con el alcohol, de acuerdo a las estadísticas gubernamentales. El alcohol es también la principal causa de la ruptura de familias en Estados Unidos. En otro reporte publicado por el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos en el año 2006, pruebas realizadas en víctimas de suicidios demostraron en 13 estados que el 33.3% (uno de cada tres) tenía alcohol en su sangre. Pero, nuevamente, apartando las estadísticas, no hay nada intrínseco a la psicología estadounidense que explique el abuso del alcohol. Si les quitáramos las botellas a los estadounidenses, como sucede en los países islámicos, se registrarían resultados diferentes.
“Nuestros reportes de enfermedades han bajado, nuestros niveles de daños y accidentes han bajado, nuestros incidentes de indisciplina han bajado, y la salud de la fuerza ha subido. Por lo tanto, debe haber algún resultado altamente terapéutico en el hecho de que no hay alcohol disponible en ninguna parte del Reino (de Arabia Saudita)”. (General Norman Schwarzkopf, comandante de las fuerzas aliadas en la Guerra del Golfo Pérsico, explicando al Congreso de Estados Unidos cómo la escasez de alcohol ayudó y mejoró a los soldados estadounidenses. 13 de Junio de 1991)
Ni siquiera los nonatos están a salvo de los peligros del alcohol. El síndrome de alcoholismo fetal es una terrible enfermedad causada por la exposición al alcohol en el útero. La enfermedad afecta de uno a dos bebés de cada 1 000 nacimientos en todo el mundo, y trae como resultados daños físicos y neurológicos crónicos. De acuerdo a un estudio alemán de 10 años[2], los síntomas incluyen daños a largo plazo en el cerebro y deformidades físicas temporales, incluyendo microcefalia y crecimiento atrofiado. Para evitar el síndrome de alcoholismo fetal, no sólo se les recomienda a las madres evitar completamente la ingesta de alcohol durante el embarazo, sino que los doctores también recomiendan a los hombres la abstinencia por varios meses antes de la concepción.
“¿…no se abstendrán entonces?” (Corán 5:91)
Suicidios, homicidios, violencia doméstica, traumatismos, vandalismo, daños para quien lo consume y aún para los niños por nacer, todas estas son las terribles consecuencias del consumo de alcohol. Y sin embargo, las enfermedades del alcohol son fácilmente evitadas por los adherentes a la religión islámica, o por aquellos que se encuentran viviendo en áreas donde se observan las leyes islámicas.
Sobre si el alcoholismo es ciertamente una enfermedad, no es menos que una enfermedad maligna y fatal, una a la que los musulmanes piadosos son inmunes, aún cuando sea una enfermedad que:
·Se vende en botella.
·Es promocionada en los periódicos, revistas, radio y televisión.
·Es comprada voluntariamente.
·Tiene licencia para contagiarse y esparcirse.
·Produce réditos al gobierno.
·Provoca muertes violentas en las carreteras.
·No tiene causas virales ni bacteriales.
·Arruina la salud y conduce a la autodestrucción.
·Destruye la vida familiar e incrementa el crimen[3].
“Satanás sólo pretende sembrar entre vosotros la enemistad y el odio valiéndose del vino y de los juegos de azar, y apartaros del recuerdo de Dios y la oración. ¿Acaso no vais a absteneros?” (Corán 5:90-91)
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