La felicidad en el Islam (parte 3 de 3): La felicidad se encuentra en la adoración sincera
Descripción: Los mandamientos de Dios están diseñados para producir felicidad.
- Por Aisha Stacey (© 2015 IslamReligion.com)
- Publicado 03 Aug 2015
- Última modificación 03 Aug 2015
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En la primera parte hablamos sobre la evolución de la felicidad en el pensamiento occidental y su efecto en la cultura de Occidente. En la segunda parte hicimos una revisión de las definiciones de felicidad y tratamos de entender la relación entre ciencia y felicidad. Ahora, en esta tercera parte, aprenderemos sobre la felicidad en las enseñanzas del Islam.
El Islam es la religión que es más que una religión, es la religión que es una forma de vida completa. Nada es demasiado pequeño ni demasiado grande como para no estar cubierto por las enseñanzas del Islam. Alegrarse y ser feliz, permanecer positivo y estar en paz[1], esto es lo que nos enseña el Islam a través del Corán y de las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Cada uno de los mandamientos de Dios pretende traer la felicidad al individuo. Esto se aplica a todos los aspectos de la vida, la adoración, la economía y la sociedad.
"Al creyente que obre rectamente, sea varón o mujer, le concederé una vida buena [en este mundo, con respeto, alegría y provisión lícita] y le multiplicaré la recompensa de sus buenas obras [es decir, el Paraíso en el Más Allá]" (Corán 16:97).
Como la mayor parte de nosotros hemos descubierto, la felicidad es esa cualidad etérea que acompaña la alegría y la tranquilidad, es el suave disfrute que hace que nuestros labios, rostros y corazones sonrían. Está determinada por la fe en Dios y la obediencia a Él. De modo que la felicidad encarna la paz, la seguridad y la sumisión que son el Islam. Las prescripciones y normas del Islam refuerzan la felicidad que proviene de conocer a Dios y ayudan a garantizar la felicidad de la humanidad durante la vida en este mundo. Sin embargo, el Islam también enfatiza que la vida de este mundo no es más que un medio para alcanzar el Más Allá. Siguiendo las pautas del Islam es posible ser feliz mientras esperamos nuestra felicidad eterna.
A veces, a fin de alcanzar la felicidad, la gente intenta seguir caminos complicados y no pueden ver el camino más fácil, que es el Islam. La felicidad puede hallarse en el consuelo que proviene de vivir según la verdad. Puede lograrse con la adoración sincera, en el afán de realizar obras virtuosas, nobles y hermosas, y en realizar actos de bondad o dar caridad. Todas estas cosas tienen el potencial de hacernos felices todos los días, bajo cualquier circunstancia. Incluso dar la mínima caridad, con el objeto de agradar a Dios, puede poner una sonrisa en tu rostro y darle sensación de alegría a tu corazón.
"El ejemplo de quienes contribuyen con sus bienes materiales anhelando complacer a Dios y por la certeza de ser recompensados, es como el de una huerta que se encuentra sobre una colina [alta y fértil], a la que le cae una lluvia copiosa y duplica sus frutos. Y si no, una llovizna le basta [para dar frutos]. Sepan que Dios ve lo que hacen" (Corán 2:265).
El Profeta Muhammad dijo: "¡En verdad que los asuntos del creyente son maravillosos! Todos son para su beneficio. Si se le concede felicidad, es agradecido y esto es bueno para él. Y si se ve afligido con una privación, persevera, y esto es bueno para él"[2]. La naturaleza de la condición humana significa que entre la felicidad puede haber mucha pena y dentro de la pena y el desespero puede haber mucha alegría. Un creyente aceptará el decreto de Dios para él y llevará una vida feliz, libre del desespero total o del dolor insoportable.
El Islam tiene la respuesta a todos los problemas que afligen a la humanidad, y saber esto lleva a la felicidad, porque nos permite ver más allá de la necesidad de autosatisfacción y de la necesidad de adquirir posesiones. Seguir las enseñanzas del Islam y esforzarnos por complacer a Dios es un recordatorio constante de que esta vida no es más que una pausa pasajera en el camino hacia la vida eterna.
"Pero quien se aleje de Mi recuerdo [es decir, quien rechace el Corán y no viva según sus preceptos] llevará una vida de tribulación, y el Día del Juicio lo resucitaré ciego" (Corán 20: 124).
Dios dice en el Corán: "Yo soy Al‑lah, y no hay más divinidad que Yo. Adórame solo a Mí y haz la oración para recordarme" (20:14). La clave de la felicidad es conocer a Dios y adorarlo. Cuando uno adora y recuerda al Creador como Él debe ser adorado y recordado, la felicidad puede ser observada en todo nuestro entorno, en cualquier momento e incluso en la noche más oscura. Allí está, en la sonrisa de un niño, en el contacto de una mano reconfortante, en la lluvia o en la tierra seca, en el olor de la primavera. Estas cosas pueden hacer que nuestros corazones sean realmente felices, porque son manifestaciones de la misericordia y del amor de Dios.
La felicidad puede hallarse en la adoración
Para encontrar felicidad verdadera debemos buscara a Dios, en especial a través de Sus nombres y atributos. Buscar conocimiento beneficioso trae felicidad. Los ángeles baten sus alas y mantienen registros de aquellos que buscan el conocimiento, el mero pensamiento de ello dibuja una sonrisa en el rostro de un creyente. Nuestros predecesores justos entendieron la felicidad y la alegría inherentes en el esfuerzo por estar cerca de Dios.
El gran erudito islámico Ibn Taimiah (Dios tenga misericordia de él) dijo: "Me enfermé una vez y el doctor me dijo que leer y dar charlas sobre conocimiento solo agravaría mi condición. Le dije que no podía abandonar esas actividades. Le pregunté si el cuerpo se fortalece y la enfermedad es repelida si el alma se siente feliz y dichosa. Me respondió afirmativamente, así que le dije que mi alma encuentra alegría, satisfacción y fortaleza en el conocimiento".
La felicidad perfecta solo estará disponible para nosotros si pasamos la vida eterna en el Paraíso. Solo allí encontraremos paz, tranquilidad y seguridad totales. Solo allí estaremos completamente libres de temor, ansiedad y dolor, que son parte de la condición humana. Sin embargo, las pautas proporcionadas por el Islam nos permiten a nosotros, humanos imperfectos, buscar la felicidad en este mundo. La clave para ser feliz en este mundo y en el próximo es buscar la complacencia de Dios y adorarlo solo a Él, sin atribuirle compañeros ni socios.
"Pero entre ellos hay quienes dicen: ‘¡Señor nuestro! Danos bienestar en esta vida y en la otra, y presérvanos del tormento del Fuego’" (Corán 2:201).