Charlie Alcala, excristiano, Filipinas
Descripción: El viaje del Cristianismo al Islam.
- Por Charlie Alcala
- Publicado 01 Jun 2015
- Última modificación 01 Jun 2015
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La vida actual puede arrastrarte a un lugar al que nunca pensarías llegar. Nuestro destino no está en nuestras manos, aunque así pareciera; en nuestras propias venas hay trazos de huellas digitales totalmente opuestas a las nuestras. He aprendido esta verdad maravillosa en mi propio laboratorio personal llamado vida.
Mi aventura espiritual comenzó cuando era adolescente. La vida mundanal no me satisfizo así que decidí cambiar de camino hacia la religión. Me uní al Movimiento Renacido y era muy entusiasta. Mi pasión me llevó a ejercer el ministerio de tiempo completo y fui entrenado para hacerme Pastor.
Con el paso de los años, los retos y mi propia evaluación en la iglesia me llevaron a cuestionar mi fe. Lo que vino después fueron años dedicados a una lucha que finalmente me distanció de la iglesia y me regresó a la vida mundanal. Pero quizás debido a que yo estaba buscando sinceramente la realización, mi ansia por la espiritualidad continuó. Esta vez experimenté con otras religiones: Vaisnavismo (una rama del Hinduismo), Nueva Era, Budismo, y luego Islam.
Lo que hallé en el Islam fue totalmente diferente de todo lo que había escuchado en las noticias y había visto en las películas. Descubrí que es una religión de paz que busca el mejoramiento de la sociedad. Las leyes y los códigos morales están al servicio de la equidad, la justicia y la dignidad entre las gentes. El Islam se ocupa más de resolver asuntos de la vida cotidiana que doctrinas eclesiásticas, proporcionando soluciones prácticas. No tuve duda alguna en abrazar esta verdad maravillosa, así que le dije a mi consejero en línea de la página www.islamreligion.com que me iba a hacer musulmán. De inmediato me pidió mi número telefónico, me llamó y me guio para hacer mi declaración de la shahada (el testimonio de fe). Después me indicó dónde encontrar una buena comunidad musulmana. Con la guía de Al‑lah logré encontrar una aquí en Cebu, ¡Alhamdulillah!
Ahora me estoy entrenando para convertirme en un buen Daa’ee (difusor del Islam). Mientras más leo sobre el Islam más me enamoro de él. Hay más joyas por descubrir en tanto estemos enfocados y busquemos soluciones en lugar de enterrar nuestras manos en el fango de la negatividad. Si somos determinados, tendremos éxito. ¡Amín!
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