Historias de una familia bendita (parte 2 de 2): el Profeta Juan
Descripción: El Profeta Juan, su carácter y su misión, y el apoyo de su familia, la familia de ‘Imran.
- Por Aisha Stacey (© 2009 IslamReligion.com)
- Publicado 11 May 2009
- Última modificación 11 May 2009
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Jesús, María, Zacarías y su hijo Juan, son todos miembros de la misma familia, la familia de ‘Imran, quienes son descendientes de la familia de David. Nosotros sabemos de las propias palabras de Dios en el Corán que ellos eran rectos y que adoraban a Dios con verdadera sumisión.
“Y a Zacarías, Juan, Jesús y Elías; todos ellos se contaron entre los justos”. (Corán 6:85)
“Sé paciente [¡Oh, Muhammad!] a lo que dicen [como lo fueron los Profetas que te precedieron], y recuerda a Nuestro siervo [el Profeta] David, quien fue dotado con una gran fuerza [física y firmeza en la fe]. Por cierto que él siempre volvía a Dios en todos sus asuntos y se arrepentía con sinceridad”. (Corán 38:17)
“El Mesías, hijo de María, es sólo un Mensajero, igual que los otros Mensajeros que le precedieron, y su madre fue una fiel y veraz creyente. Ambos comían alimentos [como el resto de la humanidad]. Observa cómo les explicamos las evidencias y observa cómo [a pesar de esto] se desvían”. (Corán 5:75)
Juan es el Profeta conocido por los cristianos como “Juan el Bautista”. Sin embargo, ni el Corán ni las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad hablan de Juan ni bautizando ni siendo bautizando. La misión de Juan fue recordar a los hijos de Israel que ellos habían entrado en un pacto con Dios. El habló con las mismas palabras que todos los Profetas de Dios: adorar a Un Solo Dios con total sumisión.
Un niño milagroso
En la vejez, cuando toda esperanza de tener un hijo se había ido, Dios les dio al Profeta Zacarías y a su esposa un hijo milagroso. Un hijo, el primer niño en el mundo llamado Juan. Dios mismo escogió el nombre de Juan.
“Entonces los ángeles le llamaron cuando oraba en el templo diciendo: Dios te albricia con el nacimiento de Juan, quien corroborará la Palabra de Dios, será noble, casto y un Profeta virtuoso”. (Corán 3:39)
Nosotros sabemos por el Corán que al Profeta Juan le fue dada sabiduría siendo un niño, y las fuentes Islámicas hablan de él como un niño callado y gentil, que amaba aprender y estar afuera entre los animales.[1] Juan creció hasta ser un hombre devoto y noble. Se dice que vivió una vida simple en el desierto, pasando su tiempo orando y recordando a Dios. Estaba lleno de compasión y misericordia para todos alrededor de él y para toda la humanidad. Los eruditos del Islam han dicho que Juan lloraba de temor y amor por Dios, y que las lágrimas dejaron marcas en sus mejillas.
Juan y Jesús
A Juan le fue dada fuerza y fortaleza por Dios y fue lo suficientemente fuerte para controlar sus deseos mundanales. Él trabajó incansablemente, llamando a la gente de vuelta a las leyes de la Tora y respaldando la misión de su primo, Jesús, Mensajero de Dios. Parte de la misión de Juan fue creer y apoyar el mensaje de Jesús: “…quien corroborará a la Palabra de Dios...” (Corán 3:39). Juan se refiere a su primo como el “Espíritu de Dios”, y hace esto para hacer énfasis en la creación milagrosa del Profeta Jesús.
En las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad (tales como en Sahih Ahmad, Tirmidhi y otras) hay historias que se relacionan a los Profetas Juan y Jesús reuniéndose y discutiendo su misión de guiar a los hijos de Israel de vuelta al camino recto. El Profeta Muhammad nos dice que Juan reunió a los hijos de Israely les suplicó seguir los mandamientos de Dios: adorar sólo a Dios, orar, ayunar, dar caridad y recordar a Dios.
Dios dio una bendición especial a su Profeta Juan: “Y la paz esté con él el día en el que nació, el día en que murió y el día en el que será levantado a la vida de nuevo!” Esta es la más grande bendición que puede ser dada a un ser humano: paz, seguridad y satisfacción. Este es el resultado inevitable de seguir la guía enviada a nosotros por Dios.
El Corán y las auténticas tradiciones del Profeta Muhammad no revelan los detalles de la muerte de Juan. Nosotros sabemos, sin embargo, que él fue injuriado y perseguido debido a su fuerte insistencia de seguir la ley de Dios como fue revelada en la Tora, y que esto eventualmente llevó a su muerte. La vida de Juan fue de lucha y esfuerzo, pero se mantuvo fuertemente apegado a la religión de Dios (adorar a Un Solo Dios) y murió por sus creencias.
La familia de ‘Imran es una luz que guía a la humanidad. Su devoción a Dios no tuvo paralelo y su forma de tratar unos con otros nos sirve de recordatorio. Cada padre se preocupa por la vida en el más allá de su hijo, en lugar que por los disfrutes de este mundo. Cada hijo respeta y trata a los mayores y a sus padres con el afecto y la dedicación ordenados por Dios. Los miembros de esta bendita familia sirvieron a Dios con verdadera devoción, y pusieron Sus leyes por encima de todas las otras. Dios dijo:
“Pero los creyentes que hayan obrado rectamente, serán retribuidos completamente y les concederá aún más de Sus gracias. En cuanto a quienes hayan desdeñado adorarle y se hayan ensoberbecido, les condenará con un castigo doloroso. No encontrarán, fuera de Dios, ningún protector ni socorredor”. (Corán 4:173)
María fue una de los veraces, Jesús fue la palabra de Dios, Juan no fue ni arrogante ni desobediente, y Zacarías glorificó a su Señor. Juntos estos descendientes del Profeta David son la familia bendita de ‘Imran, y son un ejemplo para la humanidad. Si nosotros luchamos como ellos lucharon, si creemos con certeza como ellos creyeron, y si servimos a Dios con total sumisión como ellos sirvieron a Dios, en el Día del Juicio, por la Gracia de Dios, podremos ser contados entre los rectos.
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