Conoce a Dios, conoce el bien: Dios y la moralidad objetiva (parte 2 de 3)

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Descripción: ¿Es la creencia en Dios el único fundamento racional para la moralidad objetiva? Parte 2: Respuesta al dilema de Eutifrón y algunas explicaciones alternativas dadas por los ateos para la objetividad moral.

  • Por Hamza Andreas Tzortzis (www.hamzatzortzis.com)
  • Publicado 25 Mar 2019
  • Última modificación 25 Mar 2019
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El dilema de Eutifrón

Know-God,-Know-Good-part-2.jpgMuchos ateos responden al argumento anterior desde la moralidad citando el dilema de Platón o dilema de Eutifrón. Es el siguiente: "¿Algo es moralmente bueno porque Dios lo ordena, o Dios ordena algo porque es moralmente bueno?".

Este dilema les plantea un problema a los teístas que creen en un Dios Todopoderoso, porque les exige creer en una de dos cosas: o la moralidad es definida por los mandamientos de Dios, o la moral es externa a Sus mandamientos. Si la moral está basada en los mandamientos de Dios, lo que es bueno o malo es arbitrario. Si ese es el caso, no hay nada que nosotros, como humanos, debamos reconocer necesariamente como objetivamente malo. Ello implicaría que no hay nada intrínsecamente malo en, por ejemplo, matar niños inocentes, sino que Dios le pone a ello, arbitrariamente, la etiqueta de "malo". El otro lado del dilema implica que algún tipo de norma moral está completamente fuera e independiente de la esencia y la naturaleza de Dios, e incluso Dios mismo está obligado a vivir de acuerdo con dicha norma. Sin embargo, eso es claramente indeseable para el teísta, ya que lo haría admitir que Dios no es Todopoderoso ni independiente después de todo, ya que tiene que confiar en un estándar externo a Sí mismo.

Ello suena intuitivamente como una afirmación válida. Sin embargo, una pequeña reflexión la expone como un dilema falso: Dios es bueno. El profesor de filosofía Shabbir Akhtar, en su libro El Corán y la mente secular, explica:

"Hay una tercera alternativa: un Dios moralmente estable del tipo que se encuentra en las Escrituras, un Ser supremo que no cambiaría arbitrariamente Su opinión acerca de la bondad de la compasión y el mal de la mala conducta sexual. Dicho Dios siempre ordena el bien porque Su carácter y Su naturaleza son buenos"[1].

Lo que dice el profesor Akhtar es que, definitivamente, existe un estándar moral, pero a diferencia de lo que sugiere la segunda cara del dilema, no es externo a Dios. En lugar de ello, este se desprende necesariamente de la naturaleza de Dios. Como se discutió anteriormente, los musulmanes y los teístas en general, creen que Dios es necesariamente y perfectamente bueno. Como tal, Su naturaleza contiene en sí misma el estándar moral perfecto, no arbitrario. Eso significa que los actos de un individuo (por ejemplo, asesinar inocentes) no son arbitrariamente malos, puesto que su maldad se desprende de una norma moral objetiva y necesaria. Por otro lado, eso no significa que Dios, de modo alguno, esté subordinado a dicho estándar, puesto que este está contenido en Su esencia. Define Su naturaleza, no es externo a ella.

La respuesta natural de un ateo sería: "Debes saber qué es bueno para poder definir a Dios como bueno, y por lo tanto no has resuelto el problema". La respuesta simple sería que Dios define lo que es bueno. Él es el único Ser digno de adoración porque es el Ser más perfecto y moral. El Corán afirma estos puntos:

"Su Dios es un Dios Único, no hay divinidad [con derecho a ser adorada] salvo Él, el Compasivo, el Misericordioso" (Corán 2:163).

"Él es Al-lah, no hay otra divinidad salvo Él, el Conocedor de lo oculto y de lo manifiesto. Él es el Compasivo, el Misericordioso. Él es Al-lah, no hay otra divinidad salvo Él, el Soberano Supremo, el Santísimo, el Salvador, el Dispensador de seguridad, el Custodio [de la fe], el Todopoderoso, el Dominador y el Soberbio. ¡Glorificado sea Dios! Está por encima de las divinidades que Le asocian. Él es Al‑lah, el Creador, el Iniciador y el Formador. Suyos son los nombres más sublimes. Todo cuanto existe en los cielos y en la Tierra Lo glorifica. Él es el Poderoso, el Sabio" (Corán 59:22-24).

En resumen, las verdades morales son, en última instancia, derivadas de la voluntad de Dios expresada a través de Sus mandamientos, y Sus mandamientos no contradicen Su naturaleza, que es perfectamente buena, sabia, pura y perfecta.

¿Existen bases alternativas para la moral objetiva?

Muchos ateos argumentan que hay explicaciones alternativas para responder por qué algunas normas morales son objetivas. Algunas de las alternativas más populares incluyen la biología, la presión social y el realismo moral.

Biología

¿La biología puede explicar nuestro sentido de la moral objetiva? La respuesta simple es no. Charles Darwin nos brinda un "ejemplo extremo" interesante sobre lo que sucede cuando la biología forma la base de la moralidad. Él argumenta que, si fuéramos el resultado de un conjunto diferente de condiciones biológicas, lo que consideramos moralmente objetivo sería, entonces, totalmente distinto. "Si los seres humanos fueran criados bajo las mismas condiciones que las colmenas, las hembras solteras, como las abejas obreras, difícilmente dudarían de que es un deber sagrado matar a sus hermanos, y las madres se esforzarían en asesinar a sus hijas fértiles, y nadie pensaría en interferir"[2].

En otras palabras, si la moral estuviera supeditada a los cambios biológicos, estos la modificarían y, por lo tanto, no podría ser objetiva. Extrapolando el ejemplo de Darwin, si fuéramos criados en las mismas condiciones que el tiburón nodriza, pensaríamos que es aceptable violar a nuestra pareja, ya que el tiburón nodriza lucha con su pareja[3]. Algunos responden afirmando que es específicamente la selección natural la que forma la base de nuestro sentido de moral objetiva. De nuevo, esto es falso. Conceptualmente, todo lo que puede hacer la selección natural es darnos la habilidad de formular normas morales que nos ayuden a sobrevivir y reproducirnos. Como escribió el filósofo moral Philip Kitcher: "Todo lo que la selección natural puede haber hecho por nosotros es dotarnos de la capacidad para diversos acuerdos sociales y la capacidad de formular normas éticas"[4].

Sostener que la biología proporciona una base para la moral elimina cualquier significado que le atribuyamos a la moral. La moral pierde sentido, ya que solo es el resultado de cambios biológicos y no racionales ni conscientes. Sin embargo, el hecho de que la moral proviene de los mandatos Divinos le da significado a la moral, puesto que la moral estaría respondiendo a dichos mandatos. En otras palabras, tenemos deberes morales y estos se deben a Dios. No puedes deberle nada a una colección de moléculas.

Presión social

La segunda alternativa es la presión o el consenso social. Es aquí, creo yo, donde muchos ateos y humanistas enfrentan algunas dificultades, filosóficamente hablando. Si la presión social realmente conforma la base de la moral objetiva, entonces los defensores de esta afirmación enfrentan un grave problema. En primer lugar, eso hace a la moral relativa, pues estaría sujeta a los inevitables cambios sociales. En segundo lugar, eso conlleva a absurdos morales. Si alguien acepta el consenso como una base de la moral, ¿cómo justificamos entonces nuestra posición moral hacia lo que los nazis hicieron en la Alemania de la década de 1940? ¿Cómo podemos afirmar que lo que hicieron fue incorrecto desde la moral objetiva? Bueno, no es posible. Incluso si afirmas que algunas personas en Alemania lucharon contra los nazis, el punto es que hubo un fuerte consenso en apoyar el mal. Hay muchos otros ejemplos en la historia que resaltan este punto.

Realismo moral

La última alternativa es el realismo moral. Realismo moral, también conocido como objetivismo moral, es la opinión de que la moral es objetiva y es externa e independiente a nuestras mentes y emociones. Sin embargo, la diferencia entre el realismo moral y lo que este artículo ha estado defendiendo, es que los realistas morales no afirman que ellos requieran base o fundamento algunos. Así, las verdades morales como la compasión, la justicia y la tolerancia simplemente existen objetivamente.

Existen algunos problemas con respecto a esta posición. En primer lugar, ¿qué significa que la justicia simplemente existe? ¿O que los valores morales objetivos simplemente existen? Tal posición es contraintuitiva y sin sentido. Simplemente no sabemos qué es la "justicia", que existe por sí misma. Significativamente, uno tiene que entender que si la moral es objetiva ―en el sentido de que está fuera de la opinión personal de un individuo―, entonces se requiere una explicación racional. De lo contrario, la pregunta ¿cómo es objetiva? no tiene respuesta. En segundo lugar, la moral no está limitada a reconocer la verdad de la compasión ni de la justicia. La moral conlleva un sentido del deber u obligación, estamos obligados a ser compasivos y justos. Bajo el realismo moral, tales obligaciones son imposibles, puesto que reconocer que cierta verdad moral es objetiva no hace nada para asegurar que estamos obligados a implementarla. Una obligación moral no se deriva del simple hecho de reconocer que es objetiva. Cumplir con las obligaciones morales de uno tendría sentido si estas son debidas o si hay un sentido del deber. El realismo moral no proporciona razón alguna por la cual alguien se vea obligado a ser moral. Sin embargo, si las verdades morales son mandamientos Divinos, entonces ellos no solo hacen a dichas verdades morales objetivas, sino que establecen las bases para estar obligados a ser morales, pues tenemos el deber de obedecer los mandamientos de Dios.

A la luz de lo aquí expuesto, es obvio que la moral objetiva necesita de la existencia de Dios, ya que Él es externo al universo y puede hacer la afirmación moral universal a través de Sus mandamientos.



Pie de página:

[1] Akhtar, S. (2008) El Corán y la mente secular. Abingdon: Routledge, p. 99.

[2] Darwin, C. (1874) La descendencia del hombre y la selección en relación con el sexo. 2da Edición, p. 99. Disponible en: http://www.gutenberg.org/ebooks/2300 [4 de octubre de 2016].

[3] National Geographic (1996). Tiburones enamorados. Disponible en: http://video.nationalgeographic.com/video/shark_nurse_mating [24 de octubre de 2016].

[4] Citado en Linville, M. D. (2009) El argumento moral. En: Craig, W. L. y Moreland, J. P. (ed.). The Blackwell Companion to Natural Theology. West Sussex: Wiley-Blackwell, p. 400.

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