Conoce a Dios, conoce el bien: Dios y la moralidad objetiva (parte 1 de 3)
Descripción: ¿Es la creencia en Dios el único fundamento racional para la moralidad objetiva? Parte 1: Definición de “objetivo” y las implicaciones de adoptar una cosmovisión atea.
- Por Hamza Andreas Tzortzis (www.hamzatzortzis.com)
- Publicado 18 Mar 2019
- Última modificación 18 Mar 2019
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Imagina que has regresado de un día ocupado y enciendes el televisor. Pasas de un canal a otro y, sorprendido por un titular, te detienes en un canal popular de noticias internacionales. En efecto, el titular es realmente atroz: "Hombre decapita a niño de cinco años".
Ahora, permíteme preguntarte: ¿lo que hizo ese hombre está moralmente mal? Tú, como a mayoría de los seres humanos decentes, dirás que sí. Ahora responde esta pregunta: Objetivamente, ¿es moralmente incorrecto? Una vez más, como la mayoría, dirás que lo es.
Sin embargo, hay una pregunta final: ¿Por qué es objetivo?
Aquí es donde el asunto se complica.
Definir "objetivo"
Para responder esta pregunta, el mejor lugar para comenzar es con la palabra "objetivo". Una definición básica es que este término se refiere a considerar o representar hechos sin estar influenciado por sentimientos u opiniones personales. En el caso de la moral, "objetivo" significa que la moral no depende ni está basada en pensamientos ni sentimientos personales. En este sentido, está fuera de las facultades personales limitadas. Las verdades matemáticas (1+1=2) o las verdades científicas, como que la Tierra gira alrededor del Sol, son ciertas independientemente de lo que sintamos acerca de ellas. Por lo tanto, si esta moral está fuera de nosotros mismos, tiene que estar asentada. En otras palabras, necesitan un cimiento. Si la moral objetiva no depende de nuestras facultades limitadas, entonces es necesario responder las siguientes preguntas: ¿De dónde proviene? ¿Cuál es su naturaleza? Para responderlas se requiere una base racional. Esto explicará su naturaleza objetiva y proporcionará una justificación acerca de dónde vino. Estas preguntas se refieren a un área de la filosofía conocida como ontología moral.
Otra forma de describir la moral objetiva es que trasciende la subjetividad humana. Por ejemplo, el hecho de que matar a un niño de cinco años de edad está moralmente mal siempre será cierto, aún si el mundo entero se pusiera de acuerdo en que matar a un niño pequeño está moralmente bien. No solo reconocemos que cierta moral es objetiva, sino que esta también nos proporciona un sentido de obligación o deber moral. En otras palabras, hay ciertas cosas que debemos hacer y otras que no debemos hacer. Tenemos deberes y obligaciones morales, y estas parecen provenir de fuera del "yo" limitado. El profesor Ian Markham explica que nuestro lenguaje moral denota algo más allá de nosotros mismos: "Implícito en la palabra ‘deber’ está el sentido moral de un hecho que trasciende nuestra vida y nuestro mundo… El carácter subyacente del lenguaje moral implica algo universal y externo"[1].
Volviendo a la pregunta
Volviendo a la difícil pregunta que formulé anteriormente, tratemos de responderla: ¿Por qué es objetivo? La respuesta es simple. La moral que consideramos objetiva lo es debido a que Dios existe[2]. Antes de explicar esto con mayor detalle, quiero asegurarme de que esto no tiene nada que ver con las creencias que tenga una persona. No estoy diciendo que "no puedes ser ateo y mostrar moral o buen comportamiento", ni que "tienes que creer en Dios para tener rasgos morales, como defender a los inocentes o alimentar a los pobres", ni "solo siendo creyente te comportarás bien". Lo que digo es que si Dios no existiera, entonces no existirían verdades morales objetivas. Claro, podemos actuar como si las verdades morales fueran objetivas, y muchos ateos a lo largo de la historia han demostrado una admirable fortaleza moral sin creer que la moral requiere de una base divina. Sin embargo, lo que argumento es que, teniendo a Dios fuera de la ecuación, estos valores morales no significarían nada más que convenciones sociales. Por lo tanto, las verdades morales como "asesinar a gente inocente por mera diversión está mal" y "defender a los inocentes está bien", por ejemplo, son meras convenciones sociales sin Dios, del mismo modo que decir que está mal ventosearse en público. Esta conclusión se basa en el hecho de que Dios es el único fundamento racional para la moral objetiva. Ningún otro concepto proporciona adecuadamente tal fundamento.
Dios proporciona este fundamento debido a que Él es externo al universo y trasciende la subjetividad humana. El profesor Ian Markham explica de modo similar: "Dios explica el deber misterioso que presiona nuestras vidas, y explica la naturaleza universal del alegato moral. Como Dios está fuera del mundo, Dios el Creador puede ser externo y hacer mandamientos universales"[3].
En el Islam se cree que Dios es un Ser de máxima perfección. Él tiene el conocimiento, el poder y la bondad máximos. La bondad perfecta es la naturaleza esencial de Dios, uno de Sus nombres es Al Barr, que significa "la fuente de toda bondad". Cuando Dios dicta un mandato moral, este se deriva de Su voluntad, y Su voluntad no contradice Su naturaleza. Por lo tanto, lo que Dios ordena es bueno porque Él es bueno, y Él define lo que es bueno:
"Dios no ordena la inmoralidad" (Corán 7:28).
Curiosamente, algunos ateos, creyendo que Dios no puede existir bajo ninguna circunstancia, han entendido que, en ausencia de lo Divino, no existe moral objetiva. El influyente filósofo ateo J. L. Mackie, en Ética: Inventar lo correcto y lo incorrecto, refleja esta posición: "No existen valores objetivos… La afirmación de que los valores no son objetivos… tiene la intención de incluir no solo la bondad moral, que podría equipararse de manera natural con el valor moral, sino también otras cosas que podrían llamarse más o menos valores o antivalores morales: rectitud e injusticia, deber, obligación, un acto vil y despreciable, etc."[4]. Aparte de ser contraintuitivo y no representar una posición atea dominante, Mackie parece haber entendido las implicaciones de adoptar una cosmovisión atea. Si no hay Dios, no existe el bien objetivo.
Pie de página:
[1] Markham, I. S. (2010). Contra el ateísmo: ¿Por qué Dawkins, Hitchens y Harris están fundamentalmente equivocados? West Sussex: Wiley-Blackwell, p. 34.
[2] Los argumentos presentados en este artículo, incluyendo algunas ideas, están inspirados y adaptados de Craig, W. L., ¿Podemos ser buenos sin Dios? Disponible en: http://www.reasonablefaith.org/can-we-be-good-without-god[24 de octubre de 2016]; Craig, W. L. (2008). Fe razonable: Verdad cristiana y apologética. Wheaton, Illinois: Crossway Books, pp. 172-183.
[3] Ibid.
[4] Mackie, J. L. (1990) Ética: Inventar lo correcto y lo incorrecto. Londres: Penguin. 1990, p. 15.
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