Sura 51, Ad Dariat (Los vientos)
Descripción: La promesa de Dios es verdadera; lecciones de las vidas de los profetas que concluyen con una advertencia severa.
- Por Aisha Stacey (© 2018 IslamReligion.com)
- Publicado 30 Jul 2018
- Última modificación 30 Jul 2018
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Introducción
Este capítulo de sesenta y seis versículos fue revelado en La Meca y, por lo tanto, discute conceptos islámicos básicos. Trata del Más Allá y nos presenta una invitación a aceptar la Unidad y Unicidad de Dios. Su nombre proviene de los vientos que dispersan el polvo, mencionados en la primera aleya. Las aleyas de este capítulo han sido descritas con oraciones cortas que nos enseñan a liberar nuestra mente de las preocupaciones mundanas y anhelar el Más Allá.
Aleyas 1 a 6: Dios jura por los vientos
Dios hace un juramento por los vientos que dispersan el polvo por todas partes, por las nubes llenas de lluvia, por los barcos que navegan con facilidad, y por aquellos ángeles que distribuyen la generosidad de Dios según Su orden. Lo que Dios ha prometido es cierto, y el Día del Juicio ocurrirá sin duda alguna.
Aleyas 7 a 19: Un segundo juramento
Dios hace otro juramento, esta vez por el cielo y sus caminos estrellados u órbitas. La gente se contradice acerca del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y el Corán. Aquellos que se alejan de la verdad son engañados, y los mentirosos serán destruidos por completo, pues están inmersos en ignorancia y falta de atención. Preguntan cuándo llegará el Día y se les dice que ese será el día en que sean arrojados al fuego y se les dirá que prueben lo que estaban ansiosos por apresurar. Por otro lado, los justos estarán en jardines con ríos y fuentes, aceptando los regalos de Dios. En su vida mundana estaban rezando mientras otros dormían, y pedían perdón todas las mañanas. Compartían con los mendigos y desposeídos aquello que Dios les había dado.
Aleyas 20 a 23: Maravillas y portentos
La gente de fe puede ver las señales a su alrededor y dentro de sí mismos. ¿Acaso no puedes verlas? La Tierra en la que vives es una exhibición de las maravillas y los portentos de Dios. El ser humano es un gran milagro, constituido con precisión y complejidad. Mira los cielos y verás tu provisión, todo lo que ha sido prometido está allí. Dios, el Señor de los cielos y de la Tierra, hace un juramento por Sí Mismo, de que todo lo que Él dice es cierto, tan cierto como que te escuchas a ti mismo hablar. El que puedas hablar es algo que sabes que es un hecho indiscutible, y otro hecho indiscutible es que Dios solo dice la verdad.
Aleyas 24 a 46: Historias de las vidas de los profetas
Dios le pregunta al Profeta Muhammad si ha escuchado la historia acerca de los invitados de honor del Profeta Abraham. Ellos visitaron a Abraham y se saludaron con palabras de paz. Abraham y su familia les sirvieron un ternero asado, pero los invitados no comieron. Cuando Abraham se dio cuenta de esto, se inquietó. Ellos notaron su ansiedad y le dijeron que no temiera, pues traían buenas noticias. Su esposa, hasta ese momento estéril, estaba estaba embarazada. No podían creer esas noticias, y la esposa de Abraham se golpeó el rostro con total asombro. Los invitados eran ángeles, mensajeros divinos, y también le dijeron a Abraham que irían a una ciudad de criminales para destruirlos con rocas hechas de arcilla.
Cuando los ángeles fueron a dicha ciudad, aunque buscaron no pudieron hallar a ningún creyente, excepto una única familia: la de Lot. Dios los salvó con excepción de la esposa de Lot, ella pereció con su pueblo. En esto hay una señal para quienes son capaces de ver y entender. Y la historia de Moisés es una señal, él fue enviado al Faraón con un mensaje claro, pero el Faraón y su consejo le dieron la espalda, rechazaron a Moisés y lo llamaron loco y hechicero. Como consecuencia de sus actos, fueron ahogados en el mar.
En el pueblo de Ad hay otra señal. Un viento fue enviado contra ellos que lo destrozó todo. En Zamud la gente era insolente, pero durante un tiempo se los dejó disfrutar. Pronto fueron alcanzados por una explosión que los hizo incapaces de levantarse y defenderse. Dios usa las fuerzas de la naturaleza para reinar y castigar a los desobedientes. El pueblo de Noé, que vino antes que ellos, también se perdió en el mal.
Aleyas 47 a 55: El poder de Dios
Con Su poder, Dios construyó los cielos y la vasta extensión del universo. Dios extendió la Tierra y la hizo perfecta para sostener la vida. Y Él lo creó todo en pares a fin de que los seres humanos aprendieran una lección, pensaran y reflexionaran. Así que el Profeta Muhammad debe decirle a la gente que acuda a Dios cuanto antes y sin dudar. Él debe recordarles que no adoren a ninguna deidad sino solo a Dios. Todos los mensajeros y profetas de Dios han sido llamados hechiceros o locos. ¿Los mecanos aprendieron estas palabras de los incrédulos anteriores? Si el Profeta Muhammad se aleja, no incurrirá en culpa alguna. Pero sigue recordando a la gente porque ello beneficiará a quienes crean.
Aleyas 56 a 60: ¿Por qué estamos aquí?
Dios dice que Él creó a los yinn y a los seres humanos a fin de que Lo adoren solo a Él. Esta breve declaración es uno de los fundamentos del Islam y responde la pregunta: ¿cuál es el propósito de la vida? Dios no requiere nada más de ellos, ni provisión ni alimento de ningún tipo. Es Dios el que provee. Él es Todopoderoso, Invencible. Y a la luz de esta verdad universal, Dios concluye con una advertencia a los malhechores. Ellos, sin duda, tendrán su parte del castigo que afligió a sus predecesores, no es necesario que sean impacientes e intenten apresurar ese día. En el Día del Juicio serán castigados con seguridad y no habrá escapatoria.
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