Introducción

Esta sura fue revelada en La Meca y trata la Resurrección y el Día del Juicio. La sura inicia y termina con la mencion del Corán. Los incrédulos en La Meca son advertidos y el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) es tranquilizado a través de lo acaecido a las generaciones previas de incrédulos. Es citada la creación como indicación de la capacidad de Dios de traer de nuevo a la vida a los muertos, y se hace énfasis en la impotencia del ser humano en el Día de la Resurrección. El Profeta recitaba esta sura desde el púlpito durante el sermón de las oraciones congregacionales de los viernes.

Aleyas 1 a 11: Los politeístas niegan la Resurrección y el Corán refuta sus argumentos

El Corán es guía para la humanidad, pero solo aquellos que se benefician de su conocimiento e inspiración reconocen verdaderamente la gran belleza y magnificencia del Corán. Nadie quiere admitir que podría estar equivocado en su forma de pensar. Esa fue la misma actitud que llevó a los incrédulos de La Meca a rechazar al Profeta. Ellos no podían digerir el hecho de que uno de los suyos les estaba advirtiendo contra sus creencias y costumbres centenarias.

Otro obstáculo fue su falta de aceptación de la vida después de la muerte. Ellos simplemente no querían creer en ese concepto e intentaron demostrar que era una fantasía imposible. Ellos dijeron que creían en Dios, pero no tenían idea de Su poder magnífico y conocimiento absoluto.

Sus cuerpos se descompondrán y se convertirán en polvo; y luego, en el Día de la Resurrección, Dios recogerá todo el polvo de donde sea que haya sido soplado, hundido o arrastrado por algún río o mar, y lo convertirá en un ser humano completo.

Pero el problema es que no queremos admitir la verdad, la buscamos en lugares donde no existe. Toda nuestra vida transcurre en un ciclo de confusión y dudas sin fin.

Aleyas 12 a 15: Recordatorio de las naciones precedentes que negaron la resurrección

Los pueblos de Noé, Lot, Ras, Zamud, Tuba, Ad, Faraón, y los habitantes del bosque (a quienes les fue enviado el Profeta Shuaib) no les creyeron a sus mensajeros.

Los Ad y los Zamud fueron tribus árabes preislámicas que rechazaron a los profetas enviados a ellas. Tuba es probablemente una referencia a una línea de reyes en el sur de Arabia.

Aleyas 16 a 18: La creación del ser humano; Dios sabe todo lo que el humano puede hacer y registra todas sus palabras

Por lo general, es nuestro pensamiento negativo el que evita que aceptemos cualquier bondad. Y luego desarrollamos una serie de dudas acerca de la religión, e incluso sobre quienes siguen la religión. Dios nos recuerda que Él sabe lo que ocurre en nuestras mentes y corazones. También sabemos que nuestro libro de obras está siendo compilado, y en él nuestros dos ángeles están registrando todas nuestras acciones con los detalles más minuciosos. No solo son nuestras obras, sino que cada palabra que pronunciamos está siendo escrita por ellos.

Aleyas 19 a 30: La agonía del delirio de la muerte y las condiciones del tormento del Más Allá

El problema es que la mayoría de la gente no quiere hablar, o siquiera pensar, sobre la muerte. ¿No es irónico que sigamos evitando la única cosa que tenemos cierta en esta vida? El resto de los eventos de la vida pueden ocurrir o no. Nuestro concepto del Más Allá ha sido nublado en nuestras mentes debido a los atractivos de este mundo y a que nos sumergimos profundamente en nuestros asuntos cotidianos. Pero cuando seamos resucitados en ese Día y presentados ante nuestro Señor, entonces nuestra visión se aclarará. No habrá más "confusión". La realidad estará completamente expuesta.

Aleyas 31 a 35: El deleite de los piadosos y su descripción

¡Cuán Misericordioso y Amable es nuestro Señor! Podría habernos arrojado a todos en el Fuego debido a que ninguno de nosotros puede llegar a los niveles de perfección. Estamos llenos de debilidades y, sin embargo, Dios ha prometido recompensar a todos aquellos que Le temen y hacen todo a su alcance para llevar una vida de obediencia. Este es un mensaje tan claro que penetra en todo corazón sensible. Pero incluso si sientes que tu corazón no está receptivo al mensaje, debes seguir escuchándolo con atención y un día tu corazón al fin responderá.

Aleyas 36 a 45: Amenaza a quienes niegan la Resurrección y las instrucciones del Mensajero

Lo otro es que no debemos escuchar los comentarios negativos de quienes no creen en la verdad del Islam, porque nuestros oídos son pasajes a nuestros corazones, y nuestros pensamientos y sentimientos se ven afectados por lo que escuchamos. Dios consoló al Profeta y a todos los creyentes y les dijo que deben ser pacientes y no responder a la propaganda negativa. En lugar de ello, debemos buscar consuelo en las oraciones. Es nuestra responsabilidad divulgar el mensaje de Dios y tratar de llevar a la gente al camino recto. Pero debemos recordar que nuestro deber es solo transmitir lo correcto de la manera más agradable, y si ellos lo rechazan, entonces es su elección.

Obviamente, lo que hay que hacer es establecer las oraciones en nuestra vida y, en segundo lugar, seguir recordándonos a nosotros mismos y a los demás el mensaje del Corán. El temor al Más Allá junto con las oraciones y la comprensión del mensaje del Corán, realmente puede hacernos cambiar desde adentro. Y de eso se trata la verdadera construcción del carácter.