Sura 87, aleyas 9 a 19: Los afortunados escuchan la advertencia
Descripción: Este mundo es un lugar temporal, toma nota del recordatorio.
- Por Aisha Stacey (© 2018 IslamReligion.com)
- Publicado 22 Oct 2018
- Última modificación 22 Oct 2018
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"Exhorta [con el Corán], porque el recuerdo es beneficioso. Quien tenga temor de Dios recapacitará [con tu exhortación], pero el negador de la verdad la rechazará y por eso será abrazado por un gran fuego, donde no podrá morir [para descansar del sufrimiento] ni vivir [sin dolor]. ¡Será de los bienaventurados quien se purifique [de la idolatría y los pecados], recuerde el nombre de su Señor y cumpla con sus oraciones! Pero [muchos] prefieren la vida mundanal, aunque deben saber que la vida del más allá es superior y eterna. Este Mensaje se encuentra mencionado en las primeras revelaciones, en las revelaciones recibidas por Abraham y Moisés" (Corán 87:9-19).
El capítulo 87 del Corán es denominado Al A’la, esto se traduce como "El Altísimo"; contiene 19 versículos cortos y fue revelado en La Meca. Las suras y aleyas reveladas en La Meca suelen concentrarse en la unidad y unicidad de Dios, y en los fundamentos básicos del Islam. Esta sura no es la excepción. Su título es tomado de la primera aleya que proclama que Dios es el Altísimo, Él está por encima y más allá de cualquier cosa y todo lo demás. Sabemos por las tradiciones auténticas y dichos del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), que él amaba esta sura y la recitaba a menudo, en partícular durante las festividades (id) y las oraciones del viernes. Es una sura que le daba confianza al Profeta, a quien se le dice que Dios lo ayudará y que debe continuar con su misión de difundir el mensaje. Nuestras aleyas esenciales comienzan en la 9 y concluyen al final de la sura en la aleya 19.
En la aleya 9 se le dice al Profeta Muhammad que recuerde, si el recordatorio será de utilidad. Los recordatorios son útiles en todo pueblo, y en cada generación hay personas que escucharán el recordatorio y prestarán atención. Incluso en sociedades corruptas y endurecidas algunas personas se beneficiarán de la advertencia. La gente que tiene temor devocional a Dios y sabe que sus actos tienen consecuencias, escuchará el recordatorio. Algunas veces, el recordatorio puede ser atemorizador, pero eso a menudo hace que la persona piense con más cuidado sobre la vida que lleva. También puede hacer que la gente mire más allá de los aspectos espantosos iniciales y vea la compasión y la misericordia de Dios. El mensaje, el recordatorio, siempre tiene una oferta de perdón.
Sin embargo, hay otro grupo de gente al que Dios llama "los miserables". Estas personas le darán la espalda al recordatorio y no se beneficiarán de la advertencia. Si una persona no escucha el recordatorio, es de hecho muy desafortunada y está lanzándose al fuego. Aquel que se da la vuelta y no escucha la advertencia se ha condenado a una vida de preocupación constante. Se esfuerza por obtener placeres en este mundo mientras trata de ignorar el recordatorio de lo que vendrá. El resultado de tal vida solo puede ser el fuego del Infierno, y el sufrimiento allí es interminable.
En contraste, aquellos que se purifican a sí mismos al aceptar la Unidad y Unicidad de Dios, desechando el politeísmo, hallarán el éxito. La persona próspera recuerda a Dios y realiza obedientemente la oración. Esta persona glorifica el nombre de Dios y reza, y debido a esto encuentra un resultado exitoso tanto en esta vida como en el Más Allá. En esta vida disfrutará de una relación con Dios, por lo tanto, estará satisfecha con su suerte y estará agradecida con Dios. Al adorar a Dios, el Altísimo, recordándolo y orando, se sentirá satisfecha y segura. Este éxito se le trasladará al Más Allá, donde sus esfuerzos de esta vida serán recompensados con una vida de dicha. Esto está muy lejos del final esperando para la persona miserable que continuamente se aleja del recordatorio.
Dios nos ha dado una breve descripción de polos opuestos: por un lado, están aquellos que escuchan el recordatorio y anhelan las recompensas del Más Allá, una eternidad feliz disfrutando del amor de Dios; por el otro, están aquellos que se niegan a escuchar el recordatorio y se condenan a sí mismos al fuego. Un grupo de personas es el de los miserables y el otro es el de los más temerosos de Dios. Dios luego continúa extrapolando las razones de su miseria. Es debida a que prefieren la vida de este mundo en lugar de la vida del Más Allá, que es mejor y eterna. Los miserables están completamente perdidos en la búsqueda de la comodidad y los placeres que este mundo tiene para ofrecer.
El mundo es un lugar transitorio, es poco más que un descanso en el camino hacia la vida eterna. Son los miopes quienes prefieren este mundo sobre lo que Dios ofrece a la persona obediente en el Más Allá. El Profeta Muhammad comparó la vida de este mundo con un viajero que descansa a mediodía bajo la sombra de un árbol. Después de un breve descanso, sigue adelante[1]. Omar Ibn Abdul Aziz[2] dijo que la vida de este mundo no es tu morada permanente, porque Dios ha decretado que esta perecerá y sus moradores deberán abandonarla. Mucha gente persigue los beneficios mundanos como si tuvieran una vida eterna aquí. Ellos temen a la pobreza como si no hubiera ajuste de cuentas en el Más Allá.
Cuando los pensamientos y esfuerzos de una persona son solo para este mundo y sus comodidades, se engaña a sí misma al pensar que lo que gana aquí es una ganancia real, y que lo que pierde aquí es una pérdida real. Ese, sin duda, no es el caso. Las brillantes tentaciones de este mundo son la verdadera razón de la miseria de una persona. Son fugaces y sin fundamento. La vida exitosa por venir es mejor tanto en forma como en duración, sus comodidades y placeres son muy superiores a lo que está disponible en este mundo breve y temporal. Aquellos que escuchan el recordatorio son como todos los humanos, disfrutan los placeres de este mundo. La diferencia entre ellos y aquellos que Dios llama miserables es que permanecen dentro de los límites definidos por Dios y no comprometen su Más Allá por los beneficios transitorios de esta vida.
En las dos aleyas finales, Dios señala que este mensaje no es nuevo. El mensaje, el recordatorio, retrocede mucho en el tiempo, fue parte del mensaje dado por todos los profetas de Dios. Forma la base de la fe y está descrito en las escrituras anteriores de Abraham y de Moisés. Solo hay un Único Dios, Él no tiene asociados, copartícipes ni iguales. Por lo tanto, teman Su castigo y tengan esperanza en Su recompensa eterna.
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