Capítulo 12, Yusuf (José) (parte 2 de 2)
Descripción: Breve comentario sobre la sura 12 (aleyas 1 a 66) del Sagrado Corán. José se ha convertido en un hombre importante en el gobierno egipcio, y sus hermanos se han acercado a él buscando grano. La historia concluye cuando José les revela su identidad y se reúne con su familia.
- Por Aisha Stacey (© 2016 IslamReligion.com)
- Publicado 09 Jan 2017
- Última modificación 09 Jan 2017
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Aleyas 67 a 76: Los hermanos regresan
Jacob les aconsejó a sus hijos que no entraran todos a la ciudad por la misma puerta, como precaución, pero al mismo tiempo les dijo que eso no les ayudaría en contra de la voluntad de Dios. Todo poder está en manos de Dios, dijo Jacob.
Los hijos de Jacob se presentaron ante José y él llevó aparte a su hermano menor (Benjamín) y le reveló su identidad. José les dio a sus hermanos su porción de grano, pero puso en la bolsa de su hermano menor una copa. Alguien denunció la pérdida de la copa y acusó de robo a la caravana. "Se perdió la copa de beber del Rey, quien la devuelva recibirá una carga de camello de grano".
Los hermanos respondieron que ellos no habían venido a cometer fechorías. Los hombres de José les preguntaron a los hermanos qué castigo debía aplicarse si se descubría que estaban mintiendo. Ellos contestaron: "La pena sería la esclavitud de la persona en cuya bolsa se encontrara la copa: así es como castigamos a los malhechores". José no quería que su hermano fuera castigado según las leyes egipcias, pero quería la oportunidad de retener a su hermano a su lado mientras los otros regresaban con su padre Jacob. Las bolsas fueron requisadas y la copa fue hallada entre las pertenencias del hermano menor. Dios explica que Él ideó un plan para José y que Él elevará el estatus de quien Él quiera.
Aleyas 77 a 82
Los hermanos aluden al hermano de Benjamín (José) diciendo que había sido ladrón, pero José se controla y no les revela su identidad. Los hermanos le suplican que deje en lugar del menor a otro de ellos, pero esto no es aceptado. Finalmente, el hermano mayor, recordando la promesa que le hizo a su padre, promete quedarse en Egipto hasta que Jacob le dé permiso de irse o hasta que Dios decida otro curso de acción. Los demás hermanos regresan con su padre Jacob y le dicen que trataron de mantener su promesa, pero no podían haber previsto que su hijo robaría. Le dicen que le pregunte a la gente con la que viajaron si necesita pruebas.
Aleyas 83 a 86
Su padre les dijo: "¡No! Sus almas los han incitado a hacer el mal". Se alejó de ellos diciendo: "¡Ay, sufro por José!". Los ojos de Jacob se pusieron blancos de dolor (quedó ciego) y los hermanos le dijeron: "Si no dejas de pensar en José arruinarás tu salud o morirás". Él les dijo: "Solo me quejo de mi sufrimiento y mi pena con Dios, y sé de Dios lo que ustedes desconocen". Cuando esta nueva pena abrumó a Jacob, su primera reacción fue ser paciente. Él sabía, sin sombra de duda, que los asuntos de sus hijos más queridos estaban controlados por Dios.
Aleyas 87 a 98
Jacob dijo: "Hijos míos, vayan y busquen noticias de José y de su hermano, y no desesperen de la misericordia de Dios, pues solo los incrédulos lo hacen". Así que se presentaron ante José sin conocer su verdadera identidad. Explicaron que el infortunio había afligido a su familia y le pidieron a José que fuera caritativo con ellos. Dios, dijeron, recompensa a los generosos. José respondió: "¿Se dan ustedes cuenta de lo que le hicieron a José y a su hermano cuando eran ignorantes?". Los hermanos quedaron atónicos y le preguntaron si él era José, y les dijo: "Soy José". Entonces afirmaron que Dios realmente los había favorecido a los dos sobre todos ellos. José les respondió que no habría ningún reproche hacia ellos y que Dios los perdonaría.
José les entregó su propia camisa y les dijo que la pusieran sobre el rostro de su padre y todo estaría bien, luego les pidió que regresaran todos juntos. De regreso a casa, Jacob dijo que podía percibir el olor de José, y quienes estaban a su alrededor lo miraron con desaprobación creyendo que estaba perdido en una vieja ilusión. Cuando pusieron la camisa sobre la cara de Jacob, recobró la vista y dijo: "¿No les dije que sabía de Dios lo que ustedes no?". Los hermanos le rogaron a su padre que pidiera perdón a Dios por ellos y él les contestó que su Señor es el más Perdonador y el más Misericordioso.
Aleyas 99 a 101
Más tarde, cuando toda la familia fue presentada ante José, este hizo que sus padres se acercaran a él y les dio la bienvenida diciéndoles que, Dios mediante, estarían a salvo. Todos ellos se prosternaron ante José y él le comentó a su padre que ese era el cumplimiento de su sueño de años atrás. José dijo que Dios había sido Misericordioso con él, después de que Satanás había sembrado la discordia entre él y sus hermanos. José oró a Dios reconociendo Sus bendiciones y Le pidió vivir y morir como musulmán (i.e. persona sometida a la Voluntad de Dios) y unirse a los justos.
La historia de José es una lección para toda la humanidad. La verdadera paciencia y la capacidad de perdonar son características dignas de inculcar.
Aleyas 102 a 111
Así concluye la historia de José, y en su epílogo de diez aleyas, Dios le dice a Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) que esta era una historia de la que él no tenía conocimiento previo, y que él no estaba presente cuando los hermanos idearon sus planes malévolos. Dios le dice luego que no puede hacer que la gente crea, no importa cuánto lo desee. Dios también menciona que Muhammad no pide ninguna recompensa y, sin embargo, la gente ignora las señales en los cielos y en la Tierra, y solo cree en Dios asociándole copartícipes. ¿Cómo pueden estar seguros de que un castigo abrumador o la Última Hora no les llegarán cuando menos lo esperen? ¿Acaso la gente no puede ver todas las lecciones a su alrededor? ¿Cómo pueden viajar y ver las señales de lo que les ocurre a los incrédulos y, sin embargo, no entender? ¿Es que no razonan? Aquí hay una lección para aquellos que entienden, no es una invención, es la confirmación de la verdad y una explicación de todo (con "todo" quizás se refiere a la historia de José, o tal vez a la religión en su conjunto, o quizás ambas cosas).
En esta sura, Dios le aconseja al Profeta Muhammad que el camino puede ser duro y difícil, pero la victoria final les pertenece a quienes son conscientes de Dios y tienen paciencia.
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