Definiendo Valores: ¿Quién define nuestro código de conducta?
Descripción: Una mirada al significado de los valores y a la influencia que estos tienen en nuestro comportamiento. ¿Quién decide qué es correcto y qué no?
- Por Aisha Stacey (© 2017 IslamReligion.com)
- Publicado 31 Jul 2017
- Última modificación 15 Sep 2020
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Se pueden definir los valores como los principios o estándares de comportamiento que uno posee. A menudo son llamados moral o ética, y a veces están consagrados en códigos de conducta o normas de comportamiento. Los valores son creencias importantes y duraderas compartidas por los miembros de una cultura o comunidad. Definen lo que es bueno y lo que es malo, lo que es deseable y lo que no. Los valores tienen una enorme influencia en el comportamiento de la persona, y sirven como pautas generales en todas las situaciones.
Algunos afirmarán que todos tenemos un sentido innato de moralidad. Dirán que no importa la religión, color o raza, pues hay ciertas cualidades que sirven como estándar moral. Por ejemplo, podemos estar todos de acuerdo en que el abuso a menores es un acto horrendo. En un estudio realizado en 2011 dirigido por Jesse Prinz, un distinguido profesor de filosofía de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, el 100% de los participantes estuvo de acuerdo en eso. Sin importar la tradición o la cultura, todos deseamos vivir en un mundo donde los valores de amabilidad, generosidad y honestidad sean la norma. Nadie quiere vivir en un mundo donde la crueldad sea aceptable, o donde el homicidio sea parte de la vida diaria. Para entender esto, basta ver cómo consideramos hoy en día las matanzas llevadas a cabo en los anfiteatros romanos y los espectáculos públicos de ejecución y tortura de la Europa medieval.
Hay también algunos filósofos, psicólogos, antropólogos sociales y otros estudiosos de las sociedades, que creen que los estándares morales son constructos sociales y culturales. Según ellos, cada comunidad, a lo largo del tiempo y el espacio, enfrenta retos únicos, y sus estándares morales son definidos por sus necesidades. Lo que es bueno para una cultura fácilmente puede ser malo para otra. Sin embargo, el asesinato es abominable, todos podemos estar de acuerdo en eso. Pero, ¿qué ocurre si este se adapta a las necesidades de la sociedad (es decir, si nos conviene)? Tomemos el canibalismo como ejemplo. Es una práctica que se encuentra de tiempo en tiempo en diferentes partes del mundo. En una muestra histórica cruzada, la antropóloga Peggy Reeves Sanday halló evidencia de canibalismo en el 34% de las culturas[1].
Entonces, ¿dónde nos deja eso? Todos deseamos vivir en paz. ¿Podemos tomar eso como algo cierto? ¿Es el deseo de paz el que causa las guerras transfronterizas, o es un deseo por tierra o petróleo, o cualquier otra cosa particular que la sociedad considere como un bien valioso? Todos deseamos la bondad, ¿no? Todos queremos ser tratados con compasión y ternura. ¿Es por eso que detenemos y encerramos a quienes nos piden asilo? ¿Es por eso que hay personas sin patria, sin hogar, y sistemas de castas? ¿Acaso hasta los valores universales, los que todos deseamos, son diferentes para distintos pueblos? Y no solo eso, ¿son diferentes nuestras definiciones de lo que dichos valores significan? ¿Quién decide qué valores realmente trascienden el tiempo y el espacio? ¿Quién decide qué es realmente bueno y qué es realmente malo? Si no todos estamos de acuerdo en qué valores son universales, ¿qué podemos decir de aquellos que son de grado inferior? Parece ser que los valores de cada persona son distintos; y como los valores están tan arraigados, no siempre somos conscientes de que nuestras respuestas en la vida se deben a los valores que mantenemos. A veces, estos son únicos de nuestra propia cultura y perspectiva.
Los musulmanes creen que Dios, el Creador y Sustentados del mundo y de todo cuanto existe, Aquel que nos creó, ha establecido los estándares. Él definió, sin ambigüedades, nuestros valores. Dios no creó a la humanidad para luego abandonarla a las asechanzas y caprichos de su propia naturaleza. No nos dejó adivinando qué está bien y qué no, y cuál es la mejor acción a tomar en una situación dada. Él nos creó y nos conoce mejor que nosotros mismos. Claramente definió cuáles son los buenos valores y nos dio toda la guía que necesitamos. Al igual que con un auto o un computador nuevos, Él nos proporcionó un manual o libro guía. Dios envió profetas para guiar a la humanidad, desde el Profeta Adán hasta el último Profeta de Dios, Muhammad, que Dios los bendiga a todos. El Islam ha detallado nuestras normas de comportamiento y nuestro código de conducta de manera clara en el Corán y en las tradiciones del Profeta Muhammad.
Además, el Islam afirma que la humanidad está naturalmente inclinada hacia el bien, y que los buenos valores incluyen la rectitud y la piedad. En el Islam, la rectitud significa que debemos ser sinceros en nuestra devoción a Dios y a toda Su creación, y demostrarla con obras de caridad y bondad. La piedad también requiere veracidad, demanda autocontrol sobre la ira y exige la capacidad de perdonar. No somos todos iguales, no somos todos creyentes; sin embargo, el Islam nos exige que tratemos a todos con respeto. Además, Dios le habla directamente a toda la humanidad y ha dotado a todos los seres humanos con la capacidad de ser buenos y de hacer el bien.
"¡Oh, seres humanos! Los he creado a partir de un hombre y de una mujer, y los congregué en pueblos y tribus para que se reconozcan los unos a los otros. El mejor de ustedes ante Dios es el de más piedad". (Corán 49:13)
Nuestros valores son las cosas que creemos, ellas determinan nuestras prioridades en la vida y son el punto de referencia por el cual medimos nuestro éxito o fracaso. El Islam establece claramente lo que es correcto y lo que no, lo que es aceptable y lo que no. Cuando nuestros actos y nuestras palabras están alineados con nuestros valores, la vida es generalmente buena y nos sentiremos contentos. Cuando estos no coinciden, nos sentimos incómodos. Nuestros valores sirven como filtro a través del cual tomamos decisiones; por lo tanto, si estamos descontentos o incómodos podemos mirar nuestras decisiones para ver si coinciden con nuestros valores; y si no es así, hacer los cambios que sean necesarios. Para estar realmente satisfechos y felices debemos honrar los valores que Dios ha definido para nosotros.
El Profeta Muhammad dijo que, si no tienes vergüenza, haz lo que quieras[2]. Los psicólogos dicen que la vergüenza es una de las emociones que sentimos cuando no logramos estar a la altura de las expectativas que nos impone nuestro sistema de creencias y valores. Este fue un mensaje enseñado por todos los profetas, tener elevados estándares morales y valores, y utilizar tu sentido innato de lo que está bien y lo que está mal antes de tomar decisiones.
El papel histórico de la comunidad islámica es ser la encarnación de la rectitud. Los buenos valores deben ser vistos en todo acto y escuchados en toda palabra. El Islam define para nosotros cuáles son esos valores y nos enseña qué es lo correcto en cada circunstancia.
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