Reflexiones filosóficas (parte 5 de 5)
Descripción: Esta serie de artículos proporciona un marco conceptual para responder las “grandes preguntas” relacionadas con nuestra existencia. La quinta parte continúa con la discusión sobre el proceso de pensamiento que se debe emplear para alcanzar las conclusiones correctas, y explica que los fundamentos intelectuales de cualquier visión del mundo deben ser evaluados para juzgar la validez de su verdad.
- Por Hamza Andreas Tzortzis
- Publicado 02 May 2016
- Última modificación 02 May 2016
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Aunque podemos entender el mundo a nuestro alrededor utilizando el pensamiento racional, ¿cómo podemos formular un argumento o verificar nuestras conclusiones? Bien, esto radica en el estudio de la lógica, que esencialmente significa los principios del razonamiento, con un énfasis particular en la estructura de nuestros argumentos.
Ilustremos el uso de la lógica en el siguiente ejemplo: si nuestra amiga María dice "Juan viene a cenar esta noche", y David dice "María no viene a cenar esta noche", ¿lo que ellos dicen es consistente? Bien, la lógica nos dice que, si ellos se están refiriendo a la misma persona y al mismo día, entonces sus afirmaciones no serían consistentes. Sin embargo, si se están refiriendo a una persona distinta o a un día diferente, entonces sus afirmaciones sí serían consistentes.
Combinemos entonces los dos procesos. Juan dice: "Todo lo que comienza a existir tiene una causa, y el universo comenzó a existir; por lo tanto, el universo tuvo una causa". Ahora, desde una perspectiva lógica, ese es un argumento válido ya que la afirmación "por lo tanto, el universo tuvo una causa" sigue la lógica de las dos primeras afirmaciones. Pero esto no significa que sea racional ni razonable. A fin de descubrir que es razonable, tendríamos que investigar nuestras ideas innatas y nuestra experiencia sensorial para poder ver si las dos primeras afirmaciones son ciertas. Si lo son, entonces la conclusión es que no solo sería un argumento válido, sino que también sería un argumento sólido.
Confiar solo en el empirismo no nos daría una respuesta, ya que nos llevaría a suspender el juicio sobre si el universo tiene una causa o no, pues esto no se puede detectar. Sin embargo, esto sería equivalente a negar la existencia de nuestra tátara tátara tátara tatarabuela, porque no hay evidencia empírica de su existencia. Puedes argüir: "¡Pero entonces yo no estaría aquí hoy día!". Eso es cierto, pero eso sería utilizar el pensamiento racional para llegar a esa conclusión, ya que has deducido que debiste tener una tátara tátara tátara tatarabuela puesto que todos los seres humanos debieron tener una abuela para poder existir.
Esta es la forma en la que todos nosotros deberíamos comenzar a pensar sobre la vida y el universo, para así poder llegar a las conclusiones correctas utilizando argumentos válidos.
Cosmovisión
"Es posible que les disguste algo y sea un bien para ustedes, y es posible que amen algo y sea un mal para ustedes. Dios conoce [todo] pero ustedes no". (Corán 2:216)
Vive y deja vivir, no les hagas daño a los demás y estarás bien. Eso tiene sentido, ¿verdad? Incluso hasta el punto en que no debería ser cuestionado. Pero, ¿por qué es esto? ¿Por qué nosotros aceptamos automáticamente ciertas ideas y rechazamos otras? ¿Por qué ciertos puntos de vista nos parecen agradables y nos desagradan otros, sin siquiera pensar en ellos?
La respuesta radica en el concepto de una cosmovisión. Una cosmovisión es una filosofía de vida que nos permite darle sentido a nuestra existencia y a nuestras experiencias cotidianas. La cosmovisión que adoptamos afecta la forma en que procesamos las ideas, y nos permite entender la sociedad y nuestro lugar en ella. Una cosmovisión es importante en particular asociación con nuestra sociedad actual, debido a que el mundo contemporáneo ha tenido un efecto enorme sobre la psicología humana. Parece que somos incapaces de lidiar con los cambios impredecibles y la cada vez mayor complejidad de la vida, con los consiguientes estrés, incertidumbre y frustración que se hacen comunes, y nuestras mentes están sobrecargadas de información. Una cosmovisión es el marco que une todo esto y nos permite entender la complejidad de la vida y su imprevisibilidad, nos ayuda a tomar decisiones críticas que darán forma a nuestro futuro y a nosotros mismos, y nos ayuda a tener una visión más amplia.
La cosmovisión varía y puede extenderse desde algo poco profundo a algo muy amplio y extenso. Una cosmovisión superficial es una que apenas nos da el margen para reaccionar a las experiencias cotidianas, como el trabajo y los amigos. Este tipo de cosmovisión suele formarse a través de nuestras experiencias previas en la vida y se desarrolla al crear patrones de entendimiento del mundo contemplando nuestra historia personal en él. Este tipo de cosmovisión es problemática, ya que nos impide progresar al mantener una fijación inflexible sobre el pasado, sin posibilidad de ver el mundo en una forma positiva o distinta que nos dé la oportunidad de transformación. Es limitada en su alcance y solo se hace tan amplia como tus experiencias, y nuestras experiencias individuales son muy limitadas.
Una cosmovisión amplia, como discutió el filósofo Leo Apostel, lo abarca todo en la vida, e incluye varios componentes, por ejemplo, proporciona un modelo para el mundo al responder la pregunta básica: "¿Quiénes somos?". Además, proporciona una explicación para responder a: "¿Por qué el mundo es como es?", y "¿de dónde venimos?". Otra parte importante de una cosmovisión amplia incluye extrapolar del pasado hacia el futuro para responder la pregunta: "¿Hacia dónde vamos?". Debe tratar de responder qué es bueno y qué es malo, en otras palabras, incluye moral y ética, mientras nos brinda un sentido de propósito, una dirección y objetivos para nuestros actos. Además, la respuesta a la pregunta "¿para qué?" puede ayudarnos a entender el verdadero significado de la vida; y una cosmovisión amplia debe responder a: "¿Cómo debemos actuar?". De esa manera, nos ayuda a resolver problemas prácticos. Finalmente, una cosmovisión amplia debe responder la pregunta: "¿Qué es cierto y qué es falso?". Esto es equivalente a lo que en filosofía se denomina "epistemología" o "teoría del conocimiento", por lo que nos permitiría distinguir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto.
Para cualquier situación hay varios resultados posibles, todos los cuales son dictados por la cosmovisión que adopta la persona. En lugar de discutir los actos, o frutos, de una cosmovisión, los fundamentos de la cosmovisión deben ser desafiados y validados. De modo que la cosmovisión que es más correcta o que tiene fundamentos intelectuales más fuertes debe ser aquella a adoptar.
Por esta razón, cuando se mira el Islam, el objetivo principal no debe ser una evaluación de los derechos de la mujer, la forma de vestir o los casos explotados de forma sensacionalista por los medios de comunicación, ya que la evaluación de los mismos estará sesgada de acuerdo con tu cosmovisión actual. En lugar de ello, los fundamentos intelectuales de cualquier cosmovisión deben ser evaluados por su veracidad, y aquella cosmovisión que tiene mayores razones en su verdad debe ser la que debemos adoptar, puesto que estará en línea con el principio de que lo que sea que trae verdad es verdadero.
Entonces, ¡que comience el viaje!
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