Los fundamentos del sistema político en el Islam (parte 1 de 2): El Islam, un modo de vida completo
Descripción: Para entender el concepto de gobierno en el Islam, uno necesita, en primer lugar, entender la naturaleza de la religión. Este artículo explica cómo las creencias fundamentales del Islam juegan un papel primordial en el sistema de gobierno. Parte 1: La separación de “la iglesia y el estado”.
- Por IslamReligion.com
- Publicado 23 Aug 2010
- Última modificación 15 Sep 2019
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Introducción:
Occidente se equivoca al entender la tradición islámica, asumiendo que la religión significa lo mismo para los musulmanes que lo que ha significado para la mayoría de los seguidores de otras religiones desde la revolución industrial, y para algunas sociedades, incluso desde antes de eso; es decir: una sección de la vida reservada para ciertos asuntos, separada de las otras secciones de la vida. Ésta no es la visión del mundo islámico, no lo ha sido en el pasado, y los intentos modernos por que así sea han fracasado continuamente.
El Islam: Un modo de vida completo
El Islam es un “modo de vida completo”. Ha brindado guía en todas las esferas de la vida, desde la higiene personal, las reglas de comercio, hasta la estructura y la política de la sociedad. El Islam nunca puede ser separado de la vida política, económica y social, ya que la religión brinda guía moral para cada acción que realiza la persona. El acto primario de la fe es esforzarse para cumplir con la voluntad de Dios, tanto en la vida privada como pública. Los musulmanes ven que ellos mismos, así como el mundo a su alrededor, debe encontrarse en completa sumisión a Dios y a Su Voluntad. Además, ellos saben que el concepto del gobierno de Dios debe ser establecido sobre la tierra para crear una sociedad justa. Como los judíos y los cristianos antes de ellos, los musulmanes han sido llamados a un pacto con Dios, haciendo de ellos una comunidad de creyentes que deben servir como ejemplo para las otras naciones al crear un orden social moral. Dios le dice a la nación global musulmana:
“Sois la mejor nación que haya surgido de la humanidad: Ordenáis el bien, prohibís el mal y creéis en Dios…”. (Corán 3:110)
A lo largo de la historia, ser musulmán ha significado no sólo pertenecer a una comunidad religiosa de creyentes, sino también vivir bajo la Ley Islámica. La Ley Islámica es considerada como una extensión de la soberanía absoluta de Dios.
Dios es el único soberano
Dios es el soberano absoluto en el Islam y, por lo tanto, es el único Señor del cielo y la tierra. Así como Él es el Señor del universo físico, para los creyentes musulmanes, Dios es el Legislador en todas las áreas de la vida humana. Así como es el Dueño del mundo físico, Dios es el Gobernante en los asuntos de los hombres en la doctrina islámica. Por lo tanto, Dios es el Legislador Supremo[1], el Juez Absoluto, y el Legislador Que distingue lo malo de lo bueno. Así como el mundo físico inevitablemente se somete a su Señor siguiendo las leyes “naturales” del universo, los seres humanos deben someterse a las enseñanzas morales y religiosas de su Señor, Quien separa el bien del mal para ellos. En otras palabras, sólo Dios tiene la autoridad para hacer las leyes, determinar los actos de adoración, decidir la moral, y establecer los estándares de interacción y comportamiento humano. Esto es porque,
“…Le pertenece la creación y Él es Quien dictamina las órdenes según Le place…”. (Corán 7:54)
La separación de la religión institucional y el Estado
Como lo hemos mencionado, en el Islam Dios es reconocido como el único soberano de los asuntos humanos, por lo tanto nunca existió una distinción entre la autoridad religiosa y la estatal. En el cristianismo, se dice que la distinción entre las dos autoridades está basada en los registros del Nuevo Testamento de Jesús, en los que se les pide a sus seguidores entregar al Cesar lo que le corresponde, y a Dios lo que le corresponde. Por lo tanto, a lo largo de toda la historia cristiana hasta la actualidad, siempre hubo dos autoridades: “Dios y el Cesar”, o “la iglesia y el Estado”. Cada uno tenía sus propias leyes y jurisdicciones, cada uno tenía sus estructuras y jerarquía. En el mundo islámico pre-occidentalizado nunca hubo dos poderes, y nunca surgió la pregunta sobre la separación de poderes. La distinción entre la iglesia (religión) y el Estado, tan arraigada en el cristianismo, nunca existió en el Islam.
La visión del Estado Islámico
La visión del Estado Islámico y el propósito de su autoridad política es implementar la ley divina. Así, el Estado Islámico ideal es una comunidad gobernada por la Ley revelada por Dios. Esto no implica que tal Estado sea necesariamente una teocracia bajo el mando directo de un erudito de la religión, tampoco es una autocracia que enviste el poder absoluto en el gobernante. La función del Estado Islámico es brindar seguridad y orden para que los musulmanes puedan cumplir con las obligaciones religiosas y mundanas. El Califa[2] es el guardián de la fe y de la comunidad. Su rol no es regulado por los ulama (expertos religiosos), sino que es mejorado por ellos, ya que le proveen consejos religiosos y legales. Él también designa a los jueces que resuelven las disputas según la Ley Islámica. Hay cierto nivel de flexibilidad con respecto al sistema de gobierno y su establecimiento en el Islam; sin embargo, la religión debe implementarse completamente en el Estado y la sociedad.
Footnotes:
[1] La existencia de Dios comprobada por la existencia de un Legislador Supremo es llamada argumento "ético" por los teólogos occidentales.
[2] La palabra Califa es el término español para Jalifah, o sucesor, porque el Califa sucede al Profeta Muhammad como líder político de los musulmanes e implementa la Ley Divina en la sociedad.