Donald W. Flood, excristiano, Estados Unidos (parte 1 de 4)
Descripción: Cómo una analogía de la ruleta le ayudó a este antiguo residente de Las Vegas a convertirse en musulmán. Parte 1: Uniendo las piezas iniciales del “rompecabezas del propósito de la vida”.
- Por Donald W. Flood
- Publicado 09 Jun 2014
- Última modificación 09 Jun 2014
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Antes creía que mi educación me había ofrecido una forma de vida excelente, en especial porque me sentía satisfecho tanto mental como físicamente. Siendo joven, llevé una vida de estadounidense promedio, con un estilo de vida muy hedonista; era aficionado a la música, las atmósferas festivas, las mujeres, los deportes, los viajes, la comida étnica y los idiomas extranjeros. Sin embargo, llegué a un punto en el que me sentía en "bancarrota espiritual" y me pregunté: "¿Y ahora, qué?" Y pensé: "¡Tiene que haber más en la vida que esto!" Esta toma de conciencia fue el impulso que me llevó a buscar la verdad a través de diversas formas.
Asumí que la razón por la que me sentía insatisfecho espiritualmente, tenía que ver con mi estilo de vida en los Estados Unidos, que a menudo estaba atada a la gratificación instantánea y el comportamiento impulsivo. Como resultado, especulé que la respuesta podía estar en hallar un mejor ambiente. Así que comencé a buscar ese lugar ideal. Después de viajar a numerosos sitios, descubrí que no existía el lugar perfecto que estaba buscando, sino una cultura particular con el enfoque más adecuado hacia la vida. Cuando encontré lo que consideraba era la cultura más adecuada, me di cuenta que de todos modos tenía defectos. A partir de entonces, supuse que debemos aprender sobre las diferentes formas de vivir que tiene la gente, y luego elegir sus mejores prácticas. Esto fue quizás lo que me puso en mi camino en búsqueda de la verdad.
Incapaz de aplicar realmente la vida de un ciudadano del mundo, decidí leer sobre metafísica, puesto que las cosas esotéricas en la vida siempre me intrigaron. Aprendí muy pronto que todo funciona de acuerdo a leyes universales que pueden ser utilizadas para el beneficio propio. Después de leer muchos libros sobre este tema, concluí que más importante aún que esas leyes es Aquel que las creó, es decir, Dios. También descubrí que la metafísica puede ser un camino precario a seguir, por lo que me abstuve de seguir leyendo cualquier cosa sobre la materia.
Por sugerencia de un buen amigo, nos fuimos en un viaje de acampada por tres meses por todo Estados Unidos y Canadá occidental, con la intención de descubrir el propósito de la vida. Observamos las maravillas de la naturaleza y nos dimos cuenta de que este mundo no pudo haber sido creado por error ni azar, y que ello es claramente una de las señales maravillosas que apuntan hacia su Creador. Por lo tanto, ese viaje reforzó mi creencia en Dios.
Después de regresar a casa me sentía angustiado por la vida ajetreada de la ciudad, así que recurría a la meditación en busca de alivio. Logré hallar paz interior a través de las técnicas de la meditación. Sin embargo, este sentimiento de tranquilidad era solo temporal; en cuanto me ponía de pie, no podía mantener dicha sensación conmigo. Del mismo modo, ser coherente con la meditación se convirtió en una tarea en extremo difícil, por lo que poco a poco fui perdiendo el interés en ella.
En poco tiempo, pensé que la verdad podía estar en la autoayuda. Por lo tanto, me convertí en un lector voraz de material motivacional, y asistía a seminarios del tema. Además, me esforzaba por vivir según el lema del ejército estadounidense en los comerciales de televisión: "Sé todo lo que puedes ser", a través de cosas como caminar sobre el fuego, el paracaidismo y las artes marciales. Gracias a mis lecturas y mis hazañas difíciles, gané un agudo sentido de confianza en mí mismo, pero de hecho, aún no había descubierto la verdad.
Poco después leí muchos libros sobre diferentes filosofías. Encontré muchos conceptos y prácticas interesantes, pero no había ninguna filosofía en particular con la que pudiera estar totalmente de acuerdo. Entonces, opté por consolidar lo que creía era la mayor sabiduría de cada una de esas doctrinas. Esto se convirtió en una suerte de "religión a la carta" que subrayaba principalmente el buen comportamiento moral. Finalmente, llegué a la conclusión de que una moral recta es buena, pero no es lo suficientemente buena para resolver "el rompecabezas del propósito de la vida", que era un enfoque más espiritual de la vida.
Luego obtuve un trabajo en un país musulmán, donde tuve suficiente tiempo libre para leer y reflexionar sobre la vida. Mientras continuaba mi búsqueda por la verdad, encontré una recomendación en un libro acerca de la necesidad de arrepentirse con sinceridad ante Dios. Procedí a hacerlo y sentí remordimiento por todas las personas a las que había perjudicado en mi vida, al punto de que las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.
Unos cuantos días después, tuve una conversación con algunos amigos musulmanes. Les mencioné que solía tener mucha más libertad en los Estados Unidos de la que había en su país. Una persona me dijo: "Bueno, eso depende de lo que entiendas por ‘libertad’. En tu parte del mundo, no importa cuán bien críen moralmente los padres a sus hijos en el hogar, tan pronto como estos salen se encuentran generalmente con una sociedad en contradicción con dicha moral. Por otra parte, en la mayoría de las comunidades musulmanes, la moral que se les enseña a los hijos en el hogar es muy similar a la que ellos encuentran lejos de casa. Entonces, ¿quién tiene verdadera libertad?" A partir de esta analogía, deduje que las directrices y restricciones islámicas que sancionan parcialmente el comportamiento humano, no están hechas para coartar la libertad humana, sino que más bien sirven para definir y dignificar la libertad humana.
Una nueva oportunidad de aprender sobre el Islam surgió cuando fui invitado a cenar con un grupo de musulmanes. Después de mencionarle al grupo que yo había vivido en Las Vegas, Nevada, antes de viajar a Oriente Medio, un musulmán estadounidense me dijo: "Debes asegurarte de morir siendo un buen musulmán". De inmediato le pedí que me explicara qué quería decir con eso. Me dijo: "Si mueres sin ser musulmán, es como jugar la ruleta poniendo todas tus fichas (toda tu vida, incluyendo tus obras y tu creencia particular en Dios) en un único número, esperando que quizás, por Misericordia Divina, entrarás al Paraíso en el Día del Juicio. En contraste, si mueres siendo un buen musulmán, es como distribuir tus fichas por todo el tablero de la ruleta, así que todos los números quedan cubiertos, y no importa en qué número caiga la balota, estás asegurado. En otras palabras, vivir y morir siendo un buen musulmán es el mejor seguro para no ir al Infierno, y al mismo tiempo, es la mejor garantía de que irás al Paraíso". Como antiguo residente de Las Vegas, pude relacionarme directamente con esta alegoría del juego de la ruleta.
En ese momento entendí que no iba a encontrar la verdad hasta que comenzara a concentrarme en aquellas religiones en las que Dios había enviado revelaciones a Sus profetas y mensajeros. Por lo tanto, decidí continuar mi búsqueda de la verdad a través del cristianismo y del Islam.
Donald W. Flood, excristiano, Estados Unidos (parte 2 de 4)
Descripción: Cómo una analogía de la ruleta le ayudó a este antiguo residente de Las Vegas a convertirse en musulmán. Parte 2: Su enfoque en el cristianismo y la creencia común de que Jesús es el hijo de Dios.
- Por Donald W. Flood
- Publicado 09 Jun 2014
- Última modificación 09 Jun 2014
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A pesar de que crecí como cristiano, me había confundido y había perdido el interés en el cristianismo. Sentía que había heredado una religión misteriosa más allá de todo entendimiento. Creía que era por esta razón que era cristiano de nombre, pero no en la práctica. Además, me di cuenta de que mis dudas acerca de las creencias cristianas hacían que estuviera en un estado de irreligiosidad. Sin embargo, mientras buscaba la verdad, tuve la oportunidad de volver a analizar las creencias que había heredado de mis padres y que nunca me había molestado en examinar.
A través de folletos, cintas de audio y de video acerca del cristianismo, producidas por musulmanes y por no musulmanes, me sorprendí al encontrar cientos de versículos en la Biblia que muestran contradicciones en las creencias cristianas. Según estos materiales, Dios era Uno antes de Jesús (la paz sea con él). Por esto mismo, Jesús difundió la creencia en Un solo Dios. Sin embargo, después de Jesús, el cristianismo enfatizó la trinidad en lugar de la Unicidad de Dios. Además, antes de Jesús, Dios no tenía hijos ni similares. Asimismo, Jesús dijo que él era un Mensajero de Dios, pero después de su época el cristianismo hizo hincapié en que Jesús era el Hijo de Dios o Dios Mismo.
Con respecto al monoteísmo, el primero de los diez mandamientos defiende la afirmación de Jesús acerca de la creencia en Un Dios: "Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es" (Marcos 12:29)[1]. Igualmente, hay una gran cantidad de versículos en la Biblia que refutan la divinidad de Jesús. Por ejemplo, Jesús admite que él no podía hacer milagros de modo independiente, sino solo por la voluntad y con el permiso de Dios[2]. Curiosamente, la Biblia dice que Jesús oró[3]. Me pregunté: "¿Cómo puede Jesús ser Dios y orarle a Dios al mismo tiempo?" Un Dios que ora es una contradicción. Adicionalmente, Jesús afirma que sus enseñanzas no son suyas, sino de Aquel que lo envió[4]. Lógicamente, si lo que dice no es suyo propio, él es solo un Profeta que recibe revelación de Dios, como todos aquellos antes y después de él. Por otra parte, Jesús admite que él solo hace lo que le ha sido enseñado por Dios[5]. De nuevo, me pregunté: "¿Cómo puede Jesús ser enseñado y ser Dios al mismo tiempo?" En mis debates con musulmanes, ellos estuvieron de acuerdo en lo que Jesús ordenó con respecto a creer en solo Un Dios, como está en el siguiente versículo coránico: "Di: Él es Al-lah, Uno" (Corán 112:1)[6].
También me sorprendió encontrar versículos en la Biblia que se refieren a Jesús como Profeta de Dios[7]. Del mismo modo, aprendí sobre la visión islámica de Jesús, que es la de que él es un Profeta y Mensajero de Dios. En el Corán dice:
"El Mesías hijo de María es solo un Mensajero, como los otros Mensajeros que lo precedieron. Su madre fue una creyente devota. Ambos necesitaban alimentos [como el resto de los seres humanos]. Observa cómo les aclaré las evidencias, y cómo [a pesar de eso] rechazan la verdad". (Corán 5:75)
Otra creencia común en el cristianismo es que Jesús es el hijo de Dios.
Según la Biblia, era costumbre llamar a cualquier Profeta u hombre piadoso "hijo de Dios". Jesús se autodenominó "el hijo del hombre", no Dios ni el hijo literal de Dios[8]. Evidentemente, Pablo fue el mayor responsable de elevar el estatus de Jesús al de hijo de Dios, distorsionando las enseñanzas de Jesús[9].
Lo que es más, Jesús no parece ser el "unigénito" de Dios (como solía decir en Juan 3:16), ya que esta palabra ha sido cancelada de la Versión Estándar Revisada (RSV por sus siglas en inglés), así como en muchas otras nuevas versiones de la Biblia. Además, Dios dice enfáticamente en el Corán que Él no tiene un hijo[10]. Dios declara también que Él creó a Adán y a Jesús: "El ejemplo [de la creación] de Jesús ante Dios es como el de Adán, a quien creó del barro y luego le dijo: ‘¡Sea!’, y fue" (Corán 3:59).
Después de estas modificaciones, emperadores y clero inventaron más falsedades, contrarias a lo que Jesús dijo o hizo. De allí viene el concepto de Trinidad en el que Jesús es una de tres manifestaciones del Dios Trinitario (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo). El versículo 1 Juan 5:7 suele darse como la mejor prueba de la doctrina de la Trinidad, aunque esta doctrina nunca fue profesada por Jesús ni sus discípulos ni los primeros eruditos cristianos. De hecho, fue promulgada después de muchos desacuerdos y conflictos entre los cristianos, en el año 325 d. C. en el Concilio de Nicea. Curiosamente, este versículo ha sido retirado en las Biblias de la era moderna. Además, el Corán advierte a los judíos y cristianos en contra de la creencia en la Trinidad, y en contra de su incredulidad en la revelación de Dios[11].
Un área relacionada de controversia sobre la que leí fue el "pecado original" y la salvación a través de "la crucifixión" de Jesús. Es de suponer que antes de Jesús no había doctrina del Pecado Original. Sin embargo, esta doctrina apareció después de Jesús. Por otra parte, antes de Jesús, la salvación se obtenía por la obediencia a Dios, mientras que después de Jesús, la salvación se alcanza a través de su crucifixión, según dicen.
En el cristianismo, la Doctrina del Pecado Original es la justificación para lograr la salvación a través de la crucifixión de Jesús. Sin embargo, me llamó la atención que esta doctrina está fuertemente negada en el Antiguo Testamento[12]. En consecuencia, este concepto tuvo que haber sido diseñado como una forma de que quienes creyeran en ello, evitaran la rendición de cuentas de sus pecados ante Dios en el Día del Juicio[13]. Llamó mi atención el hecho de que, según Jesús, el hombre se salva a través de la obediencia y la sumisión a Dios[14]. Igualmente, en el Corán cada alma es compensada por lo que merece[15]. Sin embargo, parece que esta doctrina ha cambiado, haciendo que la salvación solo se logre a través de la crucifixión de Jesús[16].
La teoría de la salvación a través de la crucifixión sostiene que Jesús se ofreció él mismo para ser crucificado a fin de rescatar y salvar a la humanidad. Si esto es así, ¿por qué Jesús le pidió ayuda a Dios antes de que los soldados lo arrestaran?: "Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa" (Mateo 26:39). Del mismo modo, ¿por qué dice la Biblia que Jesús clamó a grandes voces, suplicándole a Dios en la cruz: "Dios mío, por qué me has desamparado?"(Mateo 27:46). Además, ¿cómo pudo Jesús ser crucificado para salvación de todos los humanos, si él había sido enviado solo a los Hijos de Israel?[17] Esto, claramente, es una contradicción.
El Corán dice que ellos no lo crucificaron, sino a alguien más que se veía como él[18]. Si esto es correcto, entonces explicaría la aparición de Jesús a sus discípulos después de la crucifixión. Si él realmente hubiera muerto en la cruz, entonces habría llegado ante sus discípulos en cuerpo espiritual. Como se muestra en Lucas 24:36-43, Jesús se reunió con ellos en cuerpo físico después del evento de su supuesta crucifixión. Entonces, me enteré que fue Pablo el que enseñó la resurrección de Jesús[19]. Pablo también admitió que la resurrección era su propio evangelio.[20]
Me encontré con muchas fuentes que indican que Pablo y otros se vieron frustrados por el rechazo de los judíos del mensaje de Jesús, de modo que ampliaron su llamado hacia los gentiles. Llegaron al sur de Europa, donde el politeísmo y la idolatría estaban extendidos. Gradualmente, el mensaje de Jesús fue modificado para adaptarse a los gustos y tradiciones de los romanos y griegos de aquella época[21]. La Biblia advierte contra la adición o eliminación de información de sus enseñanzas, que fue precisamente lo que ocurrió[22]. Dios también trata este tema en el Corán: "¡Ay de aquellos que escriben el Libro con sus manos y luego dicen: ‘Esto proviene de Dios’, para venderlo a vil precio! ¡Ay de ellos por lo que han escrito sus manos! ¡Ay de ellos por lo que obtuvieron!" (Corán 2:79)
Pie de página:
[1] Véase también Núm. 23:19; Deut. 6:4,13; Mat. 4:10, 22:36-38,23:9-10; Mar. 10:18; Lucas 4:8.
[2] Véase Mat. 12:28; Lucas 11:20; Juan 3:2, 5:30; Hechos 2:22.
[3] Véase Mat. 26:39; Mar. 1:35, 14:32; Lucas 5:16, 6:12.
[4] Véase Juan 7:16, 12:49, 14:24, 31.
[5] Véase Juan 8:28.
[6] Véase también 4:48; 5:116; 39:67.
[7] Véase Mat. 13:57, 21:11, 45-46; Mar. 6:4; Lucas 4: 43, 13:33, 24:19; Hebreos 3:1.
[8] Véase Mat. 13:37; Lucas 12:10; 1 Tim. 2:5.
[9] Véase Hechos 9:20.
[10] Véase 19:88-92.
[11] Véase 3:19; 4:171; 5:73.
[12] Véase Ezequiel 18:20; Jeremías 31:30.
[13] Véase Efesios 1:7; Romanos 3:22-26, 4:25, 10:9.
[14] Véase Mat. 5:19-20, 6:4, 7:21, 19:17.
[15] Véase 3:25; 41:46; 74:38.
[16] Véase Romanos 3:28; 1 Juan 2:1-2.
[17] Véase Mat. 10:5-6, 15:24.
[18] Véase 4:157-158.
[19] Véase Romanos 5:10-11; Hechos 17:17,18.
[20] Véase 2 Timothy 2:8.
[21] Véase 1 Cor. 9:19:-23.
[22] Véase Rev. 22:18-19.
Donald W. Flood, excristiano, Estados Unidos (parte 3 de 4)
Descripción: Cómo una analogía de la ruleta le ayudó a este antiguo residente de Las Vegas a convertirse en musulmán. Parte 3: Sus observaciones sobre el Profeta Muhammad, el Corán y otras perspectivas significativas del Islam.
- Por Donald W. Flood
- Publicado 16 Jun 2014
- Última modificación 16 Jun 2014
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El Profeta Muhammad en las Escrituras
Otro punto interesante que aprendí fueron las profecías bíblicas sobre el advenimiento del Profeta Muhammad (Dios lo bendiga). Descubrí que hay claras profecías en la Biblia (a pesar de que el texto original ha sido distorsionado) presagiando la llegada del Profeta Muhammad después de Jesús[1]. Los eruditos musulmanes han afirmado que la descripción hecha por Jesús de aquel que vendría después de él (en los versículos que he citado) no puede ser aplicada a ninguna otra persona distinta al Profeta Muhammad. Además, hay un versículo en el Sagrado Corán que confirma lo que Jesús dijo respecto a este punto:
"¡Oh, hijos de Israel! Yo soy el Mensajero que Dios les ha enviado para corroborar la Tora y anunciar a un Mensajero que vendrá después de mí llamado Ahmad". (Corán 61:6)
El nombre Ahmad es otro nombre del Profeta Muhammad, y ambos derivan de la misma palabra raíz.
El Profeta Muhammad en el Corán
Observé que el Corán nos insta a creer en Dios y en el Profeta Muhammad, como en el siguiente versículo:
"Di [oh, Muhammad]: ‘¡Oh, gente! Soy el Mensajero de Dios para todos ustedes. A Él pertenece el reino de los cielos y de la Tierra, nada ni nadie merece ser adorado salvo Él, da la vida y la muerte’. Crean en Dios y en Su Mensajero y Profeta iletrado que cree en Dios y en Sus palabras; síganlo, pues así estarán bien guiados". (Corán 7-158)
Supe también que el Corán se refiere al Profeta Muhammad como el último Profeta:
"Muhammad no es el padre de ninguno de sus hombres, sino que es el Mensajero de Dios y el sello de los Profetas...". (Corán 33:40)
Aunque Dios afirma en el Corán que Muhammad es el último Profeta, descubrí que los musulmanes aún aceptan y creen en todos los profetas anteriores, junto con las revelaciones que recibieron en su forma original[2].
El Corán: La última revelación
Entendí que debido a las innovaciones atribuidas a la revelación divina, surgió la necesidad de que Dios enviara otro Profeta después de Jesús con otra revelación después del Evangelio. Es por esto que Dios envió a Muhammad con el último Mensaje (es decir, el Corán), para llevar a toda la humanidad de regreso a la creencia y la adoración del Dios Único, sin asociados ni intermediarios. De acuerdo con los musulmanes, el Sagrado Corán es la última fuente permanente de guía para la humanidad, que ofrece una dilucidación racional e histórica del papel magnífico de Jesús. El nombre Jesús es citado 25 veces en el Corán, y hay también un capítulo llamado Mariam (María), en honor a la madre de Jesús.
Con respecto a la autenticidad divina de esta revelación, encontré muy convincente el siguiente versículo coránico:
"El Corán no puede provenir sino de Dios. Confirma las revelaciones anteriores y explica detalladamente Sus preceptos, no hay duda alguna de que proviene del Señor del universo". (Corán 10:37)
Y:
"El Corán es la verdad indubitable". (Corán 69:51)
Igualmente, me preocupaba la posible adulteración del Corán, ya que ese ha sido un problema grave con las revelaciones anteriores. Leí que el Corán nunca cambiará ni será derogado:
"Yo he revelado el Corán y Yo soy su custodio". (Corán 15:9)[3]
Me informé también acerca de algunos de los fenómenos científicos mencionados en el Corán, que dan credibilidad a la creencia de que el Corán es la palabra literal de Dios. Hay versículos que describen el desarrollo embrionario humano[4], las montañas[5], el origen del universo[6], el cerebro[7], los mares[8], los océanos profundos y las olas internas[9], y las nubes[10]. Está más allá de toda explicación el que más de 1.400 años atrás hubiera alguien que pudiera conocer estos hechos, que solo han sido confirmados recientemente por mecanismos avanzados y sofisticados procedimientos científicos.
Islam: La esencia y la culminación de las religiones reveladas
Los musulmanes creen que el propósito esencial por el cual fue creada la humanidad, es adorar a Dios. Como dice Él en el Corán:
"No he creado a los yinnes y a los seres humanos sino para que Me adoren". (Corán 51:56)
En relación a esto, un reconocido erudito islámico occidental dice: "El sistema más completo de adoración disponible para los humanos hoy día es el que se encuentra en la religión del Islam. El mismo nombre Islam significa ‘sumisión a la voluntad de Dios’. A pesar de que comúnmente se lo conoce como ‘la tercera de las tres religiones monoteístas’, no es una religión nueva en lo absoluto. Es la religión propagada por todos los profetas de Dios. El Islam fue la religión de Adán, Abraham, Moisés y Jesús"[11].
Él afirma también: "Puesto que solo hay Un Dios y la humanidad es una especie, la religión que Dios ha ordenado para los seres humanos es [esencialmente] una… Las necesidades espirituales y sociales de los seres humanos son uniformes, y la naturaleza humana no ha cambiado desde que el primer hombre y la primera mujer fueron creados"[12].
Al descubrir el hecho de que el mensaje de Dios siempre ha sido el mismo, me di cuenta de que es el deber de todo ser humano buscar la verdad, y no aceptar ciegamente la religión que su sociedad o sus parientes siguen. Según el Corán:
"Los [ídolos] que adoran en lugar de Dios, no son sino nombres que ustedes y sus padres han elegido [para algunas piedras y estatuas], siendo que Dios no les reveló nada al respecto". (Corán 12:40)
Con respecto a la Fitrah [es decir, la inclinación innata del hombre a adorar a Dios, antes de la corrupción de su naturaleza por influencias externas], el Profeta Muhammad dijo:
"Todo niño nace en estado de Fitrah (la naturaleza humana pura) y sus padres lo convierten al judaísmo, al cristianismo o al zoroastrismo. Cuando un animal da a luz a su cría de forma prístina, ¿aparece mutilada?" (Sahih Al Bujari)
Además, dice Dios:
"Conságrate al monoteísmo, que es la inclinación natural con la que Dios creó a la gente. La religión de Dios es inalterable y esta es la forma de adoración verdadera, pero la mayoría de la gente lo ignora". (Corán 30:30)[13]
Por otra parte, aprendí que no hay ninguna otra religión aceptable para Dios además del Islam, pues Él afirma con claridad en el Corán:
"Quien profese una religión diferente al Islam no le será aceptada, y en la otra vida se contará entre los perdedores". (Corán 3:85)
Deduje que el hombre puede rechazar la guía de Dios y establecer sus propios estándares de vida; sin embargo, al final descubrirá que eso es solo un espejismo que lo elude.
Un viajero
A medida que seguía leyendo el Corán y aprendiendo acerca de los dichos y hechos del Profeta Muhammad [la Sunnah], me di cuenta de que el Islam ve al ser humano como un viajero en esta vida, y que el objetivo es la siguiente vida que durará por toda la eternidad. Estamos aquí por un período corto y no podemos llevarnos nada con nosotros de esta vida, excepto nuestra creencia en Dios y nuestras obras. Por lo tanto, una persona debe ser como un viajero que pasa por una tierra y no se apega a ella. Como viajeros en esta travesía, debemos entender que el significado de estar vivos es ser probados. Por lo tanto, hay sufrimiento, alegría, dolor y felicidad. Estas pruebas de bien y mal están destinadas a evocar nuestras cualidades espirituales más elevadas. Sin embargo, no somos capaces de beneficiarnos de estas pruebas a menos que nos esforcemos al máximo, teniendo confianza plena en Dios y aceptando con paciencia lo que Él nos tiene destinado.
El camino hacia el Paraíso
Fue muy importante para mí aprender sobre el Paraíso, ya que sin duda ese debe ser el objetivo final de todo individuo. Con respecto a ese hogar eterno, Dios dice:
"Nadie sabe la alegría que les espera [a los creyentes] como recompensa por sus obras." (Corán 32:17)
También me di cuenta de un placer que está más allá de toda imaginación, que es mirar al Creador Mismo. Me pregunté cuáles serían las almas dignas de tal recompensa. Esta recompensa del Paraíso no tiene precio. Me dijeron que el precio es la fe verdadera, que se demuestra obedeciendo a Dios y siguiendo la Sunnah (el camino) del Profeta Muhammad.
Comprendí que la humanidad debe adorar a Dios para alcanzar la justicia y el estado espiritual necesario para entrar al Paraíso.[14] Esto significa que los seres humanos debemos comprender que adorar a Dios es tan indispensable como comer o respirar, y que al hacerlo no le estamos haciendo ningún favor a Dios. Del mismo modo, me enteré de que debemos leer el Corán para saber qué tipo de personas quiere Dios que seamos, y así procurar ser así. Ese es el camino al Paraíso.
Pie de página:
[1] Véase Deut. 18:18-19; Isaías 29:12; Juan 14:12-17, 16:5-16; Hechos 3:22.
[2] Véase 2:136.
[3] Véase también Corán 4:82.
[4] Véase Corán 23:12-14.
[5] Véase Corán 16:15; 78:6-7.
[6] Véase Corán 21:30; 41:11.
[7] Véase Corán 96:15-16.
[8] Véase Corán 25:53; 55:19-20.
[9] Véase Corán 24:40.
[10] Véase Corán 24:43.
[11] El propósito de la creación, Dr. A. A. B. Philips, p. 49, Dar Al Fatah, Sharjah, UAE, 1995. Véase Corán 3:67; 3:84.
[12] Ibíd. p. 50.
[13] Véase también 2:170; 10:19; 31:21; 43:23; 49:6; 53:23.
[14] Véase Corán 2:111-112; 10:63-64.
Donald W. Flood, excristiano, Estados Unidos (parte 4 de 4)
Descripción: Cómo una analogía de la ruleta le ayudó a este antiguo residente de Las Vegas a convertirse en musulmán. Parte 4: Un video significativo y reflexiones en torno a la conversión.
- Por Donald W. Flood
- Publicado 16 Jun 2014
- Última modificación 16 Jun 2014
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Superando un obstáculo
En este punto, me sentía un 80% seguro de que quería hacerme musulmán, pero algo me lo impedía. Me preocupaba la reacción de mi familia y mis amigos si sabían que me había hecho musulmán. Poco después, le expresé esta preocupación a un musulmán, quien me dijo que el Día del Juicio nadie será capaz de ayudarte, ni tu padre ni tu madre ni ninguno de tus amigos[1]. Por lo tanto, si crees que el Islam es la religión verdadera, debes abrazarlo y vivir tu vida para complacer a Aquel que te creó. De modo que me quedó muy claro que todos estamos en el mismo barco, toda alma probará la muerte, y entonces seremos responsables de nuestra creencia particular en Dios y de nuestros actos[2].
Un video significativo
En esta etapa de mi búsqueda de la verdad, estaba a punto de abrazar el Islam. Vi una conferencia islámica en una cinta de video acerca del propósito de la vida. El tema principal de la charla era que el propósito de la vida se puede resumir en una palabra, que es "Islam" (sumisión a la voluntad de Dios).
Un punto adicional fue que, a diferencia de otras religiones o creencias, el término "Islam" no está asociado con ninguna persona ni lugar en particular. Dios nombró así a la religión en el siguiente versículo coránico:
"Para Dios la verdadera religión es el Islam...". (Corán 3:19)
Todo aquel que abraza el Islam es denominado musulmán, independientemente de su etnia, sexo, color o nacionalidad. Esta es una de las razones por las cuales el Islam es una religión universal.
Antes de mi búsqueda de la verdad, nunca había considerado al Islam como una opción, debido a la constante imagen negativa de los musulmanes en los medios masivos. Del mismo modo, en este video se explicaba que, a pesar de que el Islam se caracteriza por sus elevados estándares morales, no todos los musulmanes respetan dichos estándares. Aprendí que lo mismo puede decirse de los adeptos a otras religiones. Entendí, finalmente, que no podemos juzgar a una religión solo por los actos de sus seguidores, como yo había hecho, puesto que todos los seres humanos somos imperfectos. En consecuencia, no debemos juzgar al Islam por los actos de sus seguidores, sino por su revelación (el Sagrado Corán) y por la Sunnah del Profeta Muhammad (Dios lo bendiga).
El último punto que aprendí de esa conferencia fue lo referente a la importancia de la gratitud. Dios menciona en el Corán que uno debe ser agradecido por el hecho de que Él nos creó:
"Dios los hizo nacer del vientre de sus madres sin conocimiento [del mundo que los rodea]. Él los dotó de oído, vista e intelecto, para que sean agradecidos". (16:78)
Dios citó la gratitud también junto con la creencia, y dejó en claro que Él no gana nada por castigar a Su gente ni gana nada cuando ellos Le agradecen y creen en Él. Dios dice en el Corán:
"¿Para qué iba Dios a castigarlos [por sus ofensas pasadas] si son [ahora] agradecidos y creyentes?" (Corán 4:147)
La verdad se revela
Tan pronto como el video terminó, sentí que la verdad había sido revelada. Sentí que me quitaba una enorme carga de pecados de la espalda. Por otra parte, sentí que mi alma se elevaba por encima de la Tierra, rechazando las delicias mundanales a favor de las alegrías eternas del Más Allá. Esta experiencia, junto con el largo proceso de razonamiento, resolvió el "rompecabezas del propósito de la vida". Me reveló al Islam como la verdad, completando mi "paisaje espiritual" con creencia, propósito, dirección y acción. Así que entré por la puerta del Islam diciendo la declaración de fe requerida para hacerse musulmán: Ash-hadu an la ilaha illa Al-lah, wa ash-hadu anna Muhammadan Rasulul-lah (atestiguo que no existe divinidad excepto Dios y que Muhammad es Su siervo y Mensajero). Se me dijo que este testimonio formal confirma la creencia de uno en todos los profetas y mensajeros de Dios, junto con todas Sus revelaciones divinas en su forma original, actualizando y completando la religión propia hasta el último de los profetas [Muhammad] y la última revelación de Dios [el Corán]. El siguiente punto se hizo abrumadoramente claro para mí: Si Jesús hubiera sido el último Profeta de Dios y el Evangelio la última revelación, yo hubiera atestiguado eso. Como resultado, he elegido naturalmente seguir la última revelación del Creador como fue ejemplificada por el sello de los profetas.
Impresiones de un nuevo musulmán
Durante mi búsqueda para hallar la verdad, la lección que trascendió todas las lecciones fue que todos los objetos de adoración distintos a Dios son meras ilusiones. Para cualquier persona que vea esto con claridad, el único camino posible es llevar la voluntad y los actos de uno en perfecta armonía con los de Dios. Someterme a la Voluntad de Dios me ha permitido experimentar paz interior con el Creador, con los demás y, finalmente, conmigo mismo. En consecuencia, me siento muy agradecido de que, por la Misericordia de Dios, haya sido rescatado de las profundidades de la ignorancia y haya entrado en la luz de la verdad. El Islam, la religión verdadera de todas las épocas, lugares y pueblos, es un código de vida completo que guía al ser humano hacia la satisfacción total del propósito de su existencia en la Tierra, y lo prepara para el día en el que regresará a su Creador. Seguir este camino con devoción le permite a uno obtener la complacencia de Dios y acercarse a Él en medio de las delicias interminables del Paraíso, mientras escapa del castigo del Infierno. Otra ventaja es que nuestra vida presente es mucho más feliz cuando tomamos esta decisión.
Un disfrute engañoso
Abrazar el Islam me ha dado más de una idea acerca de la naturaleza ilusoria de esta vida. Por ejemplo, un objetivo básico del Islam es la liberación del ser humano. Es por esto que un musulmán se denomina Abdul-lah, el esclavo o siervo de Al-lah (es decir, Dios) puesto que servir a Dios significa liberarse de todas las demás formas de servidumbre, y aunque el hombre moderno puede creen que está liberado, de hecho es esclavo de sus deseos. Generalmente, se ve engañado por esta vida mundanal. Es adicto a la riqueza, el sexo, la violencia, los intoxicantes, etc. Pero por encima de todo, es seducido por el sistema capitalista que tiende a trabajar a través de la invención de necesidades falsas, que él siente que debe satisfacer al instante. Dios dice en el Corán:
"¿Has visto a esos que toman su propio ego como su dios? Tú no eres responsable por sus acciones. ¿Acaso crees que la mayoría de ellos escuchan tus palabras y reflexionan? Ellos son como los ganados que no razonan, o aún más extraviados del camino". (Corán 25:43-44)
En consecuencia, no debemos dejar que nuestro afán por disfrutar de los placeres de esta vida pasajera ponga en peligro nuestra oportunidad de disfrutar de la felicidad del Paraíso. Como dice Dios en el Corán:
"Se encuentra en el corazón de las personas la inclinación por los placeres: las mujeres, los hijos, la acumulación de riquezas en oro y plata, los caballos de raza, los ganados y los campos de cultivo. Ese es el breve goce de esta vida, pero lo más hermoso se encuentra junto a Dios. Di: ¿Quieren que les informe sobre algo mejor que los placeres mundanos? Aquellos que tengan temor de Dios encontrarán junto a su Señor jardines por donde corren los ríos, con esposas inmaculadas, donde obtendrán la complacencia de Dios por toda la eternidad...". (Corán 3:14-15)
Por lo tanto, la competencia real en esta vida no es la acumulación de riqueza ni el deseo de fama, sino que estamos compitiendo entre nosotros por realizar obras buenas que agraden a Dios, mientras tenemos nuestra porción de placer legítimo en esta vida[3].
El camino correcto hacia Dios
Hay muchas religiones alternativas disponibles para la gente, y le corresponde a cada quien elegir la que desea seguir. Cada persona es como un comerciante con muchos bienes frente a sí, y es su decisión elegir con cuál va a comerciar. Obviamente, elegirá la que considera que es la más lucrativa. Sin embargo, el mercader no tiene garantía de prosperidad, su producto puede tener mercado y él puede obtener buenos dividendos, pero con la misma facilidad puede perder todo su dinero. En contraste, quien cree en la Unicidad de Dios y se somete a Su Voluntad (el musulmán) está completamente seguro de que si sigue el camino de guía [el Corán y la Sunnah del Profeta Muhammad], sin duda alguna obtendrá el éxito y la recompensa que lo esperan al final de este camino. Afortunadamente, este éxito comienza también al comienzo del camino.
Abu Sa’id Al Judri (que Dios esté complacido con él) narró que el Mensajero de Dios dijo: "Si una persona abraza sinceramente el Islam, entonces Dios le perdonará todos sus pecados anteriores, y después comenzará el balance de sus cuentas: la recompensa por sus obras buenas será de diez a setecientas veces mayor en valor, y una obra mala será registrada como una sola, a menos que Dios la perdone" (Bujari).
Epílogo
Con base en mi búsqueda de la verdad, concluí que la forma precisa en que creemos en Dios y los actos que llevamos a cabo, determinan nuestra condición futura por toda la eternidad. Nuestro Creador nos da a todos una misma oportunidad, independientemente de nuestras circunstancias, para ganar Su complacencia en preparación para el Día del Juicio, como se menciona en los siguientes versículos coránicos:
"Obedezcan a Dios y al Mensajero, que así alcanzarán la misericordia. Y apresúrense a buscar el perdón de su Señor y un Paraíso tan vasto como los cielos y la Tierra, que ha sido reservado para los que tienen consciencia de Dios [y cumplen la ley]". (Corán 3:132-133)
Si buscamos sinceramente la verdad de esta vida, que es el Islam (la sumisión a la voluntad de Dios), Dios nos guiará allí, si Él quiere. Él nos lleva a examinar la vida y la Sunnah del Profeta Muhammad, ya que es el mejor modelo a seguir para la humanidad. Además, Dios nos lleva a investigar y reflexionar sobre lo que Él dice en el Corán. Uno verá que el Corán es, en efecto, como un continuo y persistente golpear en la puerta, o fuertes gritos que buscan despertar a los que se han dormido por estar completamente absortos en esta vida terrenal. Los repiques y gritos aparecen uno tras otro: ¡Despierta! ¡Mira a tu alrededor! ¡Piensa! ¡Reflexiona! ¡Dios está aquí! ¡Hay un plan, un juicio, una rendición de cuentas, una recompensa, un castigo severo y una felicidad duradera!
Clara e inequívocamente, la mejor forma de vivir y morir en este mundo es siendo un musulmán piadoso. Cuando uno llega a la conclusión de que el Islam es la verdad, no debería tardar en hacerse musulmán, puesto que puede morir antes, y entonces sería demasiado tarde[4].
Algunos meses después de abrazar el Islam, hallé estos dos versículos en el Corán, que reflejan lo que el musulmán estadounidense me dijo con respecto a cómo debemos vivir y morir:
"Y esto fue lo que Abraham y Jacob legaron a sus hijos: ‘¡Oh, hijos míos! Dios les ha elegido esta religión, y no mueran sin haber entregado su voluntad [a Dios]’". (Corán 2:132)
Y:
"¡Oh, creyentes! Tengan temor de Dios como es debido, y no mueran sino como creyentes monoteístas". (Corán 3:102)
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