Manejar el dolor en el Islam (parte 3 de 5)
Descripción: Probando a los creyentes a través de la adversidad.
- Por J. Hashmi (© 2012 IslamReligion.com)
- Publicado 16 Jan 2012
- Última modificación 16 Jan 2012
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Otra razón por la que Dios envía pruebas y aflicciones a la gente es que ésta debe ser probada. El Corán declara:
“¿Acaso piensan los hombres que se les dejará decir: ¡Creemos! sin ser puestos a prueba?” (Corán 29:2)
Este concepto puede ser entendido claramente si tomamos la analogía del matrimonio. Un hombre puede amar a su esposa y serle leal en los buenos tiempos, pero cuando las cosas se ponen difíciles, puede que la abandone. Por ejemplo, si ella es joven y hermosa él la amará; pero si a ella le da cáncer y por ello pierde su belleza física, el mismo hombre podría abandonarla. Esto muestra que en realidad él no la amaba verdaderamente. Del mismo modo, un hombre debe amar a Dios y obedecerlo no sólo en los buenos momentos, sino también en los tiempos difíciles. Los hipócritas pueden llamar hacia el Camino de Dios cuando el clima les es benigno, pero tan pronto como se acerca la tormenta, abandonan su fe en Dios.
Por ejemplo, durante la época del Profeta Muhammad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, había muchos hipócritas que se convirtieron al Islam cuando ello les resultaba beneficioso. Al hacerlo, intentaron alcanzar posiciones de poder en el gobierno islámico. Pero en cuanto las cosas se pusieron difíciles, comenzaron a mostrar incredulidad, incluso después de haber declarado que eran creyentes. Cuando un enemigo poderoso amenazó con destruir la naciente ciudad/estado islámica, los hipócritas abandonaron su fe. Los enemigos del Islam persiguieron a los primeros musulmanes, los torturaron, los boicotearon e incluso los asesinaron. Esto diferenció realmente a los creyentes verdaderos de los falsos: los creyentes verdaderos se mantienen sinceros hacia Dios, incluso en épocas de grandes adversidades. Por lo tanto, Dios pone a prueba a la gente para diferenciar a los creyentes verdaderos de los hipócritas. Dios dice:
“¿Acaso piensan los hombres que se los dejará decir: ¡Creemos!, sin ser puestos a prueba? Por cierto que probamos a quienes los precedieron, y Dios bien sabe quiénes son los sinceros y quiénes los mentirosos”. (Corán 29:2-3)
Esta idea se repite en numerosos versículos del Corán, como por ejemplo:
“Dios no os dejará en la situación que os encontráis [conviviendo con los hipócritas] sin distinguir al perverso [hipócritas e impíos] del virtuoso [creyentes sinceros]”. (Corán 3:179)
El Mensajero de Dios prometió a sus seguidores que al hacerse musulmanes, alcanzarían el éxito. Cuando el enemigo poderoso prácticamente arrasaba con los defensores musulmanes, los hipócritas comenzaron a cuestionar la promesa del Mensajero de Dios, ellos incluso comenzaron a cuestionar la naturaleza Omnipotente de Dios. El Corán dice:
“Cuando os atacaron por todas partes, el terror desencajó vuestras miradas, se os subieron vuestros corazones hasta las gargantas, e hicisteis conjeturas sobre Dios [pensando que no socorrería a los creyentes]. Allí fueron probados los creyentes, y sacudidos por una fuerte conmoción. Y dijeron los hipócritas y aquellos en cuyos corazones había dudas [sobre la Verdad]: Dios y Su Mensajero no nos han hecho más que falsas promesas”. (Corán 33:10-12)
La calamidad hizo que los hipócritas expusieran su incredulidad, mientras que a los creyentes verdaderos sólo los hizo más fuertes en su fe. El Corán dice de ellos:
“Y cuando los creyentes vieron a los aliados dijeron: Esto es lo que nos prometió Dios y también Su Mensajero, entonces esto no hizo sino acrecentarles la fe y el sometimiento a Dios”. (Corán 33:22)
Por lo tanto, Dios pone a prueba a la gente para diferenciar entre los verdaderos de los falsos. En efecto, ¿cómo puede determinarse el valor de un objeto a menos que sea puesto a prueba? Un fabricante de automóviles probará sus autos para probar qué tan rápido pueden correr y para ver qué tipo de choques pueden soportar. Del mismo modo, Dios pone a Sus creaciones a prueba, para ver qué tan fieles son, y para ver si lo siguen siendo cuando Él haga que sufran. ¿Reventarán como un huevo al caer? ¿O serán como el auto todoterreno que puede soportar mucho? Dios dice:
“Por cierto que os probaremos para distinguir quiénes de vosotros son los verdaderos combatientes por la causa de Dios que se mantienen firmes en la fe; y sabed que sacaremos a la luz, mediante vuestras obras, lo que escondéis en vuestros corazones”. (Corán 47:31)
La adversidad y las aflicciones son en realidad una gran bendición celestial, puesto que les dan a los creyentes la oportunidad de ganar buenas obras, siendo pacientes y leales con Dios. Al pasar la prueba que Dios les pone, estos creyentes abren el camino para entrar al Paraíso (es decir, al Cielo). Dios dice:
“¿O creéis que vais a entrar al Paraíso sin pasar por lo mismo que atravesaron quienes os precedieron?” (Corán 2:214)
Y para ello la gente es puesta a prueba con varios infortunios y tribulaciones: pobreza, hambre, miedo, etc., son las diferentes formas en que Dios nos prueba. Incluso la pérdida de seres queridos es una de esas pruebas. Cuando el ingrato pierde a un ser querido, se enoja con Dios, preguntándole por qué Él hizo que su amado muriera. Pero el creyente agradecido se mantendrá paciente y someterá toda su voluntad a Dios, y de esta manera, Dios diferencia al verdadero del falso. Dios dice:
“Y por cierto que os probaré con algo de temor, hambre, pérdida de bienes, vidas y frutos, pero albricia a los pacientes [que recibirán una hermosa recompensa]. Aquellos que cuando les alcanza una desgracia dicen: Ciertamente somos de Dios y ante Él compareceremos. Éstos son a quienes su Señor agraciará con el perdón y la misericordia, y son quienes siguen la guía”. (Corán 2:155-157)
La calamidad no necesariamente es la única forma en que Dios nos prueba. Dios también nos prueba a través de bendiciones, abundancia, salud, hijos, familia, etc. Lo que la gente hace con tales bendiciones es, de hecho, una gran prueba. A muchas celebridades y gente rica se les da una gran riqueza, fama y bienes materiales, pero ellos no son agradecidos con Dios, y en lugar de ello llevan sus vidas en el pecado y la maldad. Dios dice:
“Y sabed que vuestros bienes y vuestros hijos son un encanto en esta vida [y pueden distraeros de las órdenes divinas]. Y ciertamente Dios tiene reservada una inmensa recompensa.” (Corán 8:28)
Por lo tanto, vemos que Dios pone a prueba a la gente tanto a través de la adversidad como a través de las bendiciones. Pero independientemente del tipo de prueba, los creyentes son aquellos que se mantienen agradecidos con Dios. El Corán declara:
“Seréis probados a través de vuestros bienes y vuestras propias vidas. Y oiréis muchas blasfemias […]; pero tened paciencia, temed a Dios y sabed que esto requiere de entereza”. (Corán 3:186)
En conclusión, cuando la calamidad le sobreviene a un creyente, él debe saber que en ello hay mucho de bueno, aunque esto no resulte aparente al principio. A través de la aflicción se expían los pecados y se purifica el alma. A través de las pruebas, Dios examina a los leales, y sólo los determinados serán exitosos. Es sobre esto que Dios les concederá la bondad a su debido tiempo, ya sea en esta vida o en la vida después de la muerte. Dios dice:
“Esto no lo lograrán sino quienes son perseverantes y pacientes”. (Corán 41:35)
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