Aminah Assilmi, Ex-Cristiana, USA (parte 4 de 4)
Descripción: “Es verdad, Dios me ha probado, como fue prometido, y me ha recompensado por ello más de lo que jamás hubiese imaginado”.
- Por Aminah Assilmi
- Publicado 15 Dec 2008
- Última modificación 15 Dec 2008
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En todo esto, la primera luz fue mi abuela. Ella aprobó mi decisión y se unió a mí. ¡Fue una sorpresa! ¡Siempre supe que era una persona de mucha sabiduría, pero esto! Murió pronto después de lo ocurrido. Cuando me detengo a pensar en ello, hasta me pongo celosa. El día que pronunció su testimonio de fe, todos sus errores fueron perdonados, mientras que sus buenos actos fueron aceptados. Murió pronto después de aceptar el Islam y yo sabía que su ‘LIBRO’ estaba a destinado a ser pesado del lado bueno. ¡Me llena de alegría!
Cuando creció mi sabiduría y me sentía capaz de responder preguntas, muchas cosas cambiaron. Pero, fueron los cambios en mí como persona los que tuvieron el mayor impacto. Unos pocos años después de aceptar el Islam, mi madre me llamó diciendo que no sabía lo que era ‘esto del Islam’, pero que esperaba que yo siguiera con eso. Le gustaba lo que estaba haciendo conmigo. Unos años mas tarde me volvió a llamar y me preguntó que tenía que hacer una persona para convertirse en musulmana. Le dije que todo lo que una persona tenía que hacer era saber que existía solo UN Dios y que Muhammed era su Mensajero. Su respuesta fue: “Cualquier tonto sabe eso, ¿Qué se debe hacer? Repetí la misma información y ella dijo: “Bien… OK. Pero no le digamos a tu padre todavía”.
Poco sabía que él había pasado por la misma conversación unos años antes. Mi padre real (el que pensaba que debía matarme) lo había hecho unos meses antes. Luego, mi hermana, la persona de “la salud mental”, me dijo que yo era la persona mas liberada que jamás había conocido. Viniendo de ella era el mejor cumplido que podría haber recibido.
En lugar de contarte acerca de cada persona que aceptó el Islam, simplemente diré que más miembros de mi familia continuaron encontrando el Islam cada año. Fue una felicidad especial cuando un querido amigo, el hermano Qaiser Imam, me dijo que mi ex esposo había anunciado su testimonio de fe. Cuando el hermano Qaiser le preguntó por qué, él dijo que porque me había observado durante 16 años y quería que su hija tuviera lo mismo que tuve yo. Vino y me preguntó si lo perdonaba por todo lo que había hecho. Lo había perdonado mucho antes.
Ahora mi hijo mayor, Whitney, ha llamado, mientras estoy escribiendo este libro y me ha anunciado que él también quiere convertirse en musulmán. Planea anunciar su testimonio de fe en la Convención ISNA en un par de semanas. Por ahora está aprendiendo lo mas que puede. Dios es el Más Misericordioso.
A lo largo de los años, me he hecho conocida por mis charlas acerca del Islam, y muchos oyentes han elegido ser musulmanes. Mi paz interior ha continuado creciendo con mi conocimiento y confianza en la sabiduría de Dios. Sé que Dios no es sólo el Creador sino, mi amigo más estimado. Sé que Dios estará siempre allí y nunca me abandonará. Ya que cada paso que hago hacia Dios, Él hace diez hacia mí. Que hermoso conocimiento.
Es verdad, Dios me ha probado, como se prometió, y me ha recompensado por ello más de lo que jamás hubiese imaginado. Unos pocos años atrás, los doctores me anunciaron que tenía cáncer y que era terminal. Me explicaron que no había cura, que estaba muy avanzado, y procedieron a ayudarme a prepararme para mi muerte explicándome que esta enfermedad progresaría. Tenía al menos un año de vida. Estaba preocupada por mis hijos, especialmente el menor. ¿Quién lo cuidaría? Igualmente no estaba deprimida. Todos debemos morir. Estaba segura de que el dolor que experimentaba tenía grandes bendiciones.
Recordé a un buen amigo, Karim Al-Misawi, quien murió de cáncer todavía en sus 20 años. Poco antes de su muerte, me dijo que Dios era verdaderamente Misericordioso. Este hombre se encontraba sufriendo un increíble dolor e irradiaba el amor de Dios. Él dijo: “Dios pretende que yo entre a los cielos con un libro limpio”. Su experiencia de muerte me hizo reflexionar. Me enseñó acerca del amor de Dios y de su Misericordia. Esto era algo que nadie mas había realmente discutido. ¡El amor de Dios!
No tardé mucho en conscientizarme de Sus bendiciones. Amigos que me amaban salían de la nada. Se me entregó el regalo de hacer la peregrinación. Incluso algo mas importante, aprendí cuan importante fue para mi compartir la verdad del Islam con todos. No me importaba si las personas, musulmanes o no, estaban de acuerdo o si yo les agradaba. Me alegró mucho, ya que recordé haber leído que si Dios te ama, Él hace que los demás te amen. No merezco todo ese amor. Eso significa que debe ser otro regalo de Dios. ¡Dios es el Mejor!
No hay manera de explicar como cambió mi vida. Alhamdulillah (Para Dios es toda la alabanza) Soy tan feliz de ser una musulmana. El Islam es mi vida. El Islam es lo mejor de mi corazón. El Islam es la sangre que corre a través de mis venas. El Islam es mi fuerza. El Islam es mi vida tan maravillosa y hermosa. Sin el Islam, no soy nada, y si Dios me diera la espalda alguna vez, no sobreviviría.
“¡Oh Señor! Pon luz en mi corazón, luz en mis palabras, en mis oídos, pon luz en mis ojos, y detrás de mí, y delante de mí, encima y por debajo de mí. ¡Oh Allah! Dame luz.” (Sahih Al-Bujari)
“Oh Señor perdóname tanto los pecados que cometí como lo que dejé de hacer, y aquellos que haya cometido en secreto y públicamente, y lo que haya malgastado, como también de aquellas cosas que Tú bien sabes de mí. Tu eres el Muqaddim (el que adelanta lo que ya había predestinado) y el Muajjir (el que retrasa lo que ya había predestinado) no hay dios salvo Tú.” (Sahih Al-Bujari)
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