Sura 15, Al Hiyr (La senda rocosa)
Descripción: Ten cuidado, obedece a Dios, cree en el mensaje, rechaza a Satanás y busca refugio en la adoración.
- Por Aisha Stacey (© 2017 IslamReligion.com)
- Publicado 06 Nov 2017
- Última modificación 06 Nov 2017
- Impreso: 5
- Visto: 5,308 (promedio diario: 2)
- Clasificado por: 0
- Enviado por email: 0
- Comentado: 0
Introducción
Este capítulo fue revelado en La Meca y contiene 99 versículos. Su título proviene de la senda rocosa que es mencionada en las aleyas 80 a 84. La mayoría de los eruditos cree que se refiere al pueblo de Zamud y que la senda rocosa es una alusión a sus ciudades de piedra. Sus temas y su estilo son muy similares a los de la Sura 14, Abraham, y se cree que fueron revelados en la misma época. En esta sura aprendemos acerca de la gracia ilimitada de Dios y del peligro inherente en los planes de Satanás para la humanidad.
Aleya 1
La sura comienza con la misma combinación de letras con que inicia el capítulo 14: álif, lam, ra. A lo largo de los siglos se ha presentado mucha especulación con respecto a los significados de las letras con que abren 29 de las suras del Corán. Su significado solo lo conoce Dios.
Aleyas 2 a 15: Lecciones provenientes de las naciones anteriores
Los incrédulos llegarán a desear un día el haberse sometido a Dios. Por ahora se distraen y se divierten, pero un día entenderán. Dios jamás destruyó un pueblo excepto en el momento en que había sido previamente decretado. Ellos llaman loco al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y le piden que les presente ángeles, pero los ángeles solo aparecerán para derribarlos. Dios ha revelado este recordatorio, el Corán, y es Él Quien lo preservará. Los mensajeros fueron enviados a las naciones anteriores, y de todos ellos se burlaron, a todos los ridiculizaron sus propios pueblos. Así fue como la verdad se escapó entre los dedos de los incrédulos.
Algunas personas no creerán aunque conozcan las historias de los pueblos que vinieron antes que ellos. Incluso si Dios hubiera abierto una puerta en el cielo, se creerían deslumbrados y hechizados al verse a sí mismos ascendiendo (negando después lo que vieran).
Aleyas 16 a 25: El Sustentador
Dios creó los cielos y los hizo hermosos llenándolos de constelaciones. Él los protege de los demonios, y aquellos que intentan escuchar a los habitantes del cielo son perseguidos por cometas ardientes. Dios desplegó la Tierra y puso montañas en ella. Él originó la vegetación de muchos tipos para que creciera de manera balanceada. Hay un medio de sustento para toda criatura viviente. No hay nada que Dios no pueda enviar en la medida apropiada. Él envía los vientos para que fertilicen la tierra, la lluvia para proporcionar agua, y la humanidad no tiene control sobre ello. Es Dios quien controla la vida y la muerte, y él sabe quién ha existido en el pasado y quién existirá en el futuro. Al final, Dios nos reunirá a todos.
Aleyas 26 a 44: ¿Quién es Satanás?
La humanidad fue creada de arcilla (barro negro moldeado) y los yinn fueron creados antes que la humanidad de fuego sin humo. Cuando Dios creó a Adán les dijo a los ángeles que se prosternaran ante él, y ellos así lo hicieron. Un yinn llamado Iblís (también llamado Satanás) se rehusó a ello. Iblís fue arrojado y maldecido hasta el Día del Juicio. Él pidió un aplazamiento hasta ese día y Dios se lo concedió. Iblís se propuso engañar a la humanidad y hacer que la desobediencia fuera atractiva para todos, excepto para aquellos realmente devotos a Dios. Dios dijo que los desviados irían al Infierno, un número determinado entrará por cada una de las siete puertas del Infierno.
Aleyas 45 a 51: Los jardines para los justos
Los rectos, sin embargo, entrarán en jardines y manantiales. Se les dirá que entren en paz y con seguridad. Todos los resentimientos y amarguras serán erradicados de sus corazones. Ellos se tratarán unos a otros como miembros cercanos de la familia. Es un lugar en el que nunca se cansarán ni se aburrirán. Dios es Misericordioso, pero Su castigo es severo.
Aleyas 52 a 84: Los ángeles visitan a los profetas Abraham y Lot
El Profeta Abraham tenía miedo cuando lo visitaron, aún a pesar de que ellos lo saludaron con la paz. Ellos disiparon sus temores y le dijeron que tendría un hijo. Era una buena noticia, pero no podía creerla porque era muy anciano. Nunca pierdas la esperanza en la misericordia de Dios.
El Profeta Abraham les preguntó a los ángeles el propósito de su viaje, y ellos le contestaron que habían sido enviados a castigar a una nación. El Profeta Lot y su familia eran los únicos que serían salvados de la ira de Dios. La esposa de Lot, sin embargo, no sería salvada. Cuando los ángeles llegaron, le explicaron a Lot que debía irse con su familia en las últimas horas de la noche, y le dijeron que caminara tras ellos para protegerlo. Le dieron instrucciones de no mirar hacia atrás y que por la mañana todos los pecadores habrían sido eliminados.
Mientras tanto, la gente de la ciudad se regocijaba de que Lot tuviera invitados. Querían cometer homosexualidad con estos apuestos hombres (que en realidad eran ángeles que habían llegado en forma de humanos). Llegaron a la puerta de Lot y él les rogó que no lo deshonraran ni avergonzaran, incluso les ofreció a sus hijas en matrimonio. Pero ellos siguieron ciegos en su intoxicación salvaje, y antes de la salida del Sol una poderosa explosión los alcanzó con un estruendo. La ciudad quedó puesta al revés y llovió piedras de arcilla sobre ella. Esta es una señal para quienes escuchan y entienden.
Los habitantes del bosque, que se creen eran el pueblo del Profeta Shuaib, también eran malhechores y Dios les dio su merecido. Ambos lugares continúan en campo abierto a la vista de todos. El pueblo de la senda rocosa (Al Hiyr) también negó a su Mensajero e ignoró las señales de Dios. Una poderosa explosión se apoderó de ellos y ni siquiera sus casas construidas en la roca pudieron salvarlos.
Aleyas 85 a 99: Perdón y bondad
Dios creó el cielo y la Tierra y todo lo que hay en ellos con un propósito. La Hora llegará (cuando la verdad se hará evidente), así que se le aconseja al Profeta Muhammad que pase por alto y perdone la mala conducta de la gente. Dios le recuerda al Profeta Muhammad que Él le concedió grandes bendiciones, como los siete versículos repetidos a menudo (la sura de apertura del Corán) y el Corán, en el que hay luz y guía; así que no debe mirar este mundo y sus atracciones, ni las delicias temporales que Él le ha dado a su pueblo. No envidies lo que ellos tienen en este mundo, y no te apenes por su rechazo ni por su oposición a tu mensaje. También se le dice al Profeta Muhammad que sea amable con los creyentes y le diga a la gente que él no es nada más que un advertidor. Todos serán interrogados acerca de su comportamiento, incluyendo a quienes inventaron mentiras acerca del Corán del mismo modo que otros inventaron mentiras sobre sus propias escrituras. Entrega el mensaje y aléjate de quienes asocian a otros con Dios.
Dios es suficiente para oponerse a quienes ridiculizan el mensaje. Aquellos que adoran algo además o en lugar de Dios pronto comprenderán su estupidez. Dios le dice a Muhammad que Él sabe cuán afligido está por lo que dicen los incrédulos, pero que debe curar su angustia alabando a Dios, inclinándose ante Él y adorándolo hasta que le llegue la certeza de la muerte.
Agregar un comentario